Ante la Justicia británica
Corinna denuncia al rey emérito por "vigilancia ilegal" y pide una orden de alejamiento
La empresaria sostiene en su denuncia que ha sido víctima de acoso, amenazas y "vigilancia ilegal" durante años, por lo que pide una indemnización por daños y una orden de alejamiento.
Corinna Larsen ha denunciado a Juan Carlos I ante un tribunal londinense. La empresaria acusa al rey emérito y al CNI de haberla sometido a "vigilancia ilegal" en Reino Unido desde el año 2012, según avanza el 'Financial Times' y pide por ello una indemnización y una orden de alejamiento.
De acuerdo con dicho medio, Corinna presentó esta demanda en diciembre del año pasado. En ella, acusa al monarca de acoso "desde 2012 hasta la actualidad", de amenazas y difamación y de "vigilancia ilegal encubierta y abierta".
Siempre según el 'Financial Times', la denuncia hace referencia a los 65 millones de euros que Juan Carlos I le donó, un dinero que presuntamente procedía de comisiones ilícitas que el entonces jefe del Estado había recibido de Arabia Saudí. Sostiene Corinna que el emérito le dijo que quería asegurarse de que ella y sus hijos tuvieran cubiertas sus necesidades, pero que le preocupaba que su familia no respetase sus deseos si le legaba algo en su testamente.
Según su relato, posteriormente le pidió que le devolviera el dinero y, ante su negativa, la acusó de robar los fondos y la difamó ante su familia y socios de negocios, así como ante la monarquía saudí, lo que le causó una pérdida de ingresos de su trabajo como consultora, por lo que solicita una indemnización por daños, aunque la denuncia no especifica la cantidad.
Además, pide una orden que prohíba a Juan Carlos I y a sus agentes comunicarse con ella, seguirla, hacer declaraciones difamatorias sobre ella, acosarla o acercarse a menos de 150 metros de sus residencias.
Afirma Corinna que la sometieron a seguimiento, entraron en su propiedad y hackearon sus teléfonos y ordenadores. Además, asegura que recibió amenazas del entonces director del CNI, Félix Sanz Roldán, y por parte del propio emérito, que le habría advertido de que las consecuencias para ella 'no serían buenas' si no hacía lo que él quería.