Sus teléfonos, infectados con Pegasus
Crisis con Marruecos y los indultos por el procés: esto pasaba en España cuando Pegasus espió a Robles y Sánchez
No solo el presidente del Gobierno y la ministra de Defensa sufrieron el hackeo de sus móviles durante estas fechas. A nivel internacional, se dio a conocer que los teléfonos de Macron y Johnson también fueron infectados con Pegasus.
El Gobierno de España ha anunciado que los teléfonos móviles de Pedro Sánchez, presidente del Ejecutivo, y Margarita Robles, ministra de Defensa, fueron infectados y espiados a través del sistema Pegasus, la famosa herramienta con la que también se habrían intervenido los terminales de diversos líderes independistas. Así lo ha comunicado este lunes, en una convocatoria de urgencia a los medios, el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, y la ministra portavoz, Isabel Rodríguez. En concreto, según ha expresado Bolaños ambos teléfonos fueron "infectados" en mayo y junio de 2021, información que ya ha sido remitida a los tribunales.
En concreto, el móvil de Sánchezfue intervenido el 19 de mayo y el 31 del mismo mes, y en junio. Pero ¿qué estaba sucediendo en España justo en esos dos meses del año pasado? Dos cuestiones de notoria importancia acabaron por convertirse -además con una duración de semanas y meses- en crisis de Gobierno a nivel nacional e internacional. Estas son: la aprobación de los indultos a los presos del procés independentista catalán en junio de 2021, con la división política y social que causó la decisión del Ejecutivo, y la estancia de Brahim Ghali, líder del Frente Polisario, en España a lo largo de todo el mes de mayo, generando un conflicto diplomático casi sin precedentes con Marruecos.
En este segundo caso, la llegada de Ghali a nuestro país provocó toda una escalada de tensiones con Marruecos, que no tardó en responder forzando a España a sufrir una crisis migratoria. Mientras el líder de los polisarios era tratado La Rioja contra el COVID y afrontaba dos causas judiciales pendientes en nuestro país -por delitos de detención ilegal, torturas o de lesa humanidad-, Marruecos daba pie a la confrontación permitiendo la entrada de miles de migrantes a través de Ceuta; es decir, abriendo la puerta fronteriza que separa a ambos territorios ante la ausencia o la inacción de las fuerzas militares marroquíes.
Le Monde dio a conocer en julio de 2021 que el móvil de Macron había sido espiado por Marruecos usando Pegasus
Una acción que obligó a España a desplegar al Ejército en una zona de absoluto riesgo para la población civil migrante: entre esas más de 8.000 personas que intentaron alcanzar las costas españolas se encontraban muchos jóvenes e incluso menores que no dudaron en poner en su vida en peligro en busca de un futuro mejor. Fue precisamente el día 31, fecha del segundo hackeo a Sánchez, cuando Marruecos dio por rotas las relaciones con España. Rabat llamaba además a consultas a su embajadora en Madrid tras reunirse con la por entonces ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, por esta crisis que se solucionó, meses después, con un giro inédito en la relación diplomática de España y Marruecos.
Precisamente, en esos meses de tirantez en las relaciones de ambos países se conoció que el teléfono móvil del presidente de Francia, Emmanuel Macron, también había sido infectado con Pegasus. En aquel entonces, varios medios franceses, entre ellos el diario 'Le Monde', apuntaban directamente a Marruecos: "Uno de los números que ha utilizado, según nuestra información, regularmente desde al menos 2017 figura en la lista de números seleccionados por un servicio de seguridad del Estado marroquí, el software espía Pegasus. También se atacaron los móviles de Edouard Philippe, entonces primer ministro, así como de otros catorce miembros del gobierno".
Lo mismo habría sufrido el primer ministro británico, Boris Johnson. En esta ocasión, fue el diario 'The Guardian' quien informó meses atrás de queel teléfono del máximo mandatario de Reino Unido habría sido hackeadotambién con Pegasus, fabricado por una empresa israelí. La base de datos filtrada incluía así los números de teléfono móvil del presidente francés, del presidente británico y de otros 13 jefes de estado y de gobierno.
La crisis independentista, determinante
No había pasado ni un mes desde que España había sufrido en su máxima plenitud el impacto de esta crisis migratoria cuando otra cuestión, considerada asunto de Estado, ocupó las portadas y sumarios de todos los medios de comunicación: los indultos a los líderes independentistas presos por el procés catalán. Fue el 23 de junio de 2021 cuando el Boletín Oficial del Estado publicaba finalmente las medidas de gracia para los nueve encarcelados "atendiendo a las circunstancias de los condenados" y, en particular, "a los motivos de utilidad pública". Un resultado que no fue ni mucho menos fácil.
Hasta llegar a la aprobación oficial de dichos perdones, el Gobierno de Sánchez tuvo que hacer también frente a toda una ola crítica, tanto política como social, con esta decisión. La totalidad de la derecha rechazaba fervientemente la puesta en libertad del exvicepresident de la Generalitat Oriol Junqueras; la expresidenta del Parlament Carme Forcadell; los exconsellers Jordi Turull, Joaquim Forn, Raül Romeva, Josep Rull y Dolors Bassa; y los presidentes de las asociaciones Òmnium y ANC, Jordi Cuixart y Jordi Sànchez. En la calle, la tensión también era palpable y pasó factura al Ejecutivo de la coalición formada por el PSOE y Unidas Podemos.
En este sentido, Sánchez tuvo que hacer frente hasta a los propios independentistas, que reiteraban que los indultos no cambiarían su hoja de ruta separatista, un camino por el que seguirían apostando, y reclamaban que la posibilidad de celebrar un referéndum de autodeterminación se incluyera como cuestión a tratar en la mesa de diálogo que el presidente del Gobierno y el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, fijaron para finales del mes de septiembre en Barcelona. Una opción que Sánchez no tardó en rechazar al afirmar que en Cataluña no habría un referéndum y que el PSOE "jamás lo aceptará".
Todo, en un contexto de gestión complicadísima para el Gobierno, que afrontaba con grandes dificultades la crisis sanitaria provocada por el coronavirus, un virus que ya se encontraba completamente instalado en nuestro país. Entonces, la incidencia entre los jóvenes superaba el riesgo máximo mientras se cumplían seis meses desde el inicio de la campaña de vacunación en nuestro país, en busca de conseguir una inmunidad completa para proteger a la población del virus.