Rifirrafe entre gobiernos
El Gobierno se plantea tomar el control de Madrid si Ayuso no revisa las medidas contra el coronavirus
El ministro de Sanidad ya ha advertido al Gobierno regional de que debe tomar el control de la pandemia y "revisar sus medidas" porque los madrileños "están en serio riesgo".
El Gobierno se plantea tomar el control de la Comunidad de Madrid si Isabel Díaz Ayuso no pone medidas más contundentes para frenar la pandemia. Según ha informado 'El Periódico de Cataluña', la frase que han empleado fuentes de Moncloa es: "Estamos trabajando ya en ello".
En rueda de prensa, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, no ha concretado nada sobre una posible intervención en la región madrileña, aunque sí ha apuntado: "Es tiempo de actuar con determinación para tomar el control de la pandemia en Madrid". Una frase que ha repetido durante la misma intervención. De esta manera, el titular de la cartera de Sanidad ha dado a entender que es Madrid, por ahora, quien debe seguir gestionando la situación epidemiológica en el territorio.
El Ejecutivo va a esperar a ver si el Gobierno de la Comunidad amplía el confinamiento a toda la capital y otras localidades completas, tal y como aconseja el Ministerio. El propio Illa lo explicaba así un día antes: "En este estadio corresponde a la Comunidad de Madrid tomar decisiones y veremos cómo evolucionan las cosas". Es ahí donde se abre la posibilidad de la intervención de la Comunidad Madrid si Ayuso no actúa, y son varias las opciones que se estarían barajando según 'El Periódico' sin tener que llegar al extremo de aplicar el artículo 155.
La situación en Madrid es un desastre. Ayuso tiene que dimitir y el Gobierno tiene que intervenir"
Según los expertos, es lo menos viable por su complejidad. Antes, se podría decretar un estado de alarma autonómico total o parcial. "Tanto la ley como su espíritu establecen que será el presidente de esa comunidad autónoma quien lo solicite al Gobierno", ha razonado Luis Romero, abogado y doctor en Derecho. Otra posibilidad también es aplicar la Ley de Salud Pública.
Desde Más País, Íñigo Errejón ha apoyado que el Gobierno central intervenga. "La situación en la Comunidad de Madrid es un absoluto desastre. Ayuso tiene que dimitir y el Gobierno tiene que intervenir porque la situación es ya insostenible y una amenaza para la salud pública", ha señalado el portavoz de la formación. La última palabra, que se puede dar en cuestión de días, será del Gobierno de Pedro Sánchez, siempre dependiendo de lo que haga Díaz Ayuso.
Respuesta de Madrid: "Hemos actuado conforme al acuerdo. Illa cambió las reglas"
Por su parte, el Gobierno de la Comunidad de Madrid ya ha anunciado que estaría dispuesto a tomar medidas en las zonas de más de 500 contagios por cada 100.000 habitantes, pero con condiciones. Así se lo han trasladado a laSexta: "Nosotros aceptamos cerrar todas las poblaciones de más de 500 contagios por cada 100.000, pero si es en toda España, no solo en la Comunidad de Madrid. Y si, al mismo tiempo, hacen PCR en Barajas, AVE y RENFE, que es por donde entran los contagios".
Las mismas fuentes han asegurado que "no hay choque" por su parte: "Hemos actuado conforme al acuerdo. Decimos lo que vamos a hacer y ellos tienen que ayudar. El jueves, sin que nada hubiera cambiado epidemiológicamente, Illa cambió las reglas. Nosotros no vamos a romper la mesa de diálogo". También han confirmado a laSexta que ni ayer por la tarde ni hoy ha habido ningún contacto de ningún tipo entre Ayuso y Sánchez, entre Miguel Angel Rodríguez e Iván Redondo o entre Illa y Ruiz-Escudero.
El Gobierno tampoco ha tardado en responder al planteamiento expuesto por el territorio madrileño: "Deben actuar con determinación, tomar el control para doblegar la curva. Para ello, deben revisar su posición y basarse, como nuestras recomendaciones, en criterios científicos. No se trata de hacernos caso a nosotros porque sí, sino a los técnicos".
El marco de cooperación que no funcionó
En menos de una semana, el buen ambiente que habían escenificado Pedro Sánchez e Isabel Díaz Ayuso para aunar fuerzas y recursos con el objetivo de frenar la curva de contagios en Madrid ha saltado por los aires. Poco, muy poco después de que el líder del Ejecutivo visitara a la presidenta de la Comunidad en la puerta del Sol, comenzaron a surgir los primeros problemas; problemas que se han ido haciendo cada vez más visibles a lo largo de los días y que, según parece, han acabado por destruir el marco de colaboración entre ambos gobiernos.
La gran debacle llegó este viernes, cuando Madrid anunció su intención de ampliar las restricciones a ocho nuevas zonas sanitarias a las 37 ya establecidas la semana anterior. Esta decisión provocó malestar en el Gobierno central, que acusó a los dirigentes madrileños de haber desoído las recomendaciones del Ministerio de Sanidad, que reclamaba el confinamiento de toda la ciudad.
Las discrepancias entre ambos grupos de trabajo llevó a ambos a convocar ruedas de prensa programadas a la misma hora, pero en distintos puntos, en las que se acusaron mutuamente de no cooperar para mejorar la situación. Precisamente, esta tensión política ya ha dejado ver la primera de las consecuencias: la dimisión del que hasta ahora era portavoz del llamado 'Grupo Covid-19', Emilio Bouza. En una carta, el experto en microbiología y enfermedades infecciosas ha lamentado el choque de trenes que se ha vivido a razón de la gestión de la pandemia en Madrid.
Las circunstancias presenciadas estos días me obligan a renunciar"
"Recordarán que ustedes me afirmaron su voluntad de concordia política y su impulso para trabajar unidos para buscar una solución al problema. Creí en lo que se prometía y, tras unas horas de reflexión, acepté. Las circunstancias que he presenciado en los dos días siguientes, junto con la contemplación de las ruedas de prensa simultáneas del viernes 25, me obligan a renunciar y a declinar el ofrecimiento. He podido comprender que ese no es mi puesto en las actuales circunstancias", reza el comunicado emitido por Bouza, que refleja así los que parecen ser los últimos latidos de un marco de colaboración abocado al fracaso sin apenas haberse puesto en marcha.