EL DISCURSO NAVIDEÑO DEL REY
El rey Felipe VI llama a la convivencia en Cataluña y al cumplimiento de la ley: "Hay que recuperar el respeto mutuo"
El rey Felipe VI ha dedicado gran parte de su discurso de Navidad a la situación en Cataluña y los resultados de las pasadas eleccionesdel 21D. El monarca ha asegurado que 2017 ha sido un año "difícil para nuestra vida en común" pero ha querido trasmitir un mensaje de conciliación y compromiso con la democracia.
El rey Felipe VI ha querido empezar su discurso alabando la democracia española y "el compromiso muy sentido, firme y sincero de los españoles con la España democrática". Además ha resaltado que España es "parte esencial de una Unión Europea con la que compartimos objetivos y una misma visión del mundo".
El monarca ha hecho especial alusión al terrorismo yihadista, "frente al que hemos conseguido hacer prevalecer la vida, la dignidad y la libertad de las personas con la fuerza de nuestras convicciones democráticas". Además ha recordado los atentados de Barcelona y Cambrils para mostrar su apoyo a las víctimas y su compromiso en luchar contra el terrorismo.
Como es habitual, el rey ha querido destacar los valores españoles, la "España abierta y solidaria que reconoce y respeta nuestras diferencias, nuestra pluralidad y nuestra diversidad, con un espíritu integrador". Felipe VI defiende que todo lo que significa España "tenemos que apreciarlo y valorarlo. Merece la pena y nos lo merecemos como país y como sociedad".
El rey también ha dedicado parte de su discurso a la situación de Cataluña: ha recordado que Cataluña ha votado el pasado 21D y que ahora sus gobernantes "deben afrontar los problemas que afectan a todos los catalanes, respetando la pluralidad y pensando con responsabilidad en el bien común de todos".
"El camino no puede llevar de nuevo al enfrentamiento o a la exclusión que solo generan discordia, incertidumbre, desánimo y empobrecimiento moral, cívico y económico de toda una sociedad" ha asegurado el rey. "Un camino que, en cambio, sí debe conducir a que la convivencia en el seno de la sociedad catalana recupere la serenidad, la estabilidad y el respeto mutuo; de manera que las ideas no distancien ni separen a las familias y a los amigos".
Por otro lado, el rey también ha querido hablar de la situación económica, del empleo, la corrupción, la Unión Europea y de la violencia machista, a la que le ha dedicado gran parte del final del discurso tachándola de "lacra inadmisible". "Mantengamos la firmeza y el apoyo político para ayudar y defender a las víctimas y concienciemos a toda la sociedad contra esa violencia, criminal y cobarde, que degrada nuestra convivencia" ha pedido el rey.
Por último, el rey ha querido hacer sus peticiones para 2018, la necesidad de "seguir construyendo nuestro país" porque "nadie desea una España paralizada o conformista, sino moderna y atractiva, que ilusione; una España serena, pero en movimiento y dispuesta a evolucionar y a adaptarse a los nuevos tiempos".