Costes de entierro
Esta es la comunidad autónoma en la que es más caro morirse, según la OCU
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha analizado los costes que supone enterrar o incinerar a un familiar y advierte del excesivo coste de gran parte de las tarifas municipales de cementerio.
El Día de Todos los Santos está a la vuelta de la esquina y muchos cristianos acudirán a los cementerios para recordar a sus seres queridos fallecidos. En este contexto, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha analizado los costes que supone enterrar o incinerar a un familiar y advierte del excesivo coste de gran parte de las tarifas municipales de cementerio.
Además, el estudio señala a Madrid como la ciudad con el servicio de cementerio más caro. La OCU denuncia el elevado coste de los servicios más económicos de la capital ya que la inhumación más barata, que incluye un nicho en alquiler durante diez años y el resto de los gastos asociados, suma 2.035 euros, lo que triplica el coste medio en España, que es de 668 euros.
Mientras que en Valladolid llega a los 1.457 euros y en Ciudad Real, a los 1.410 euros. También destacan los importes de León (1.194) y Salamanca (1.161), superando o incluso duplicando los 1.000 euros para la opción más económica.
En el extremo contrario, figuran Murcia (74 euros), Zaragoza (140 euros) y Alicante (164 euros) con acceso a un servicio de inhumación más económico. La OCU enumera una serie de factores que pueden hacer que este precio se dispare como elegir fila del nicho, cambiar la unidad de enterramiento por una sepultura o panteón, o ampliar el periodo de concesión del mínimo al máximo que permita el ayuntamiento que, según los casos, suele ser 75 o 99 años, entre otros supuestos.
La OCU añade que la incineración es el tipo de servicio empleado en más del 45% de las defunciones y que cuesta, de media, 612 euros. Las ciudades con el servicio de cremación más económico son Logroño (200 euros), A Coruña (225 euros), Sevilla (227 euros) y Pamplona (242) mientras que las ciudades con el servicio más caro son Salamanca (1.122 euros) y Valladolid (1.028 euros).
Servicios funerarios
La asociación precisa que, habitualmente el servicio de cementerio incluye dos conceptos: servicio de inhumación y el coste de la unidad de enterramiento. Según un estudio llevado a cabo el año pasado por la OCU, el coste medio de todos los servicios fuunerarios se eleva a más de 3.700 euros aunque, en algunos lugares, como Madrid, supera los 5.000 euros.
En este 2023, la OCU destaca que los precios son similares. Así, de los costes del servicio funerario, el féretro, arca o ataúd es el apartado más caro ya que un modelo común, sin lujos especiales, cuesta entre 600 y 1.300 euros. La media ronda unos 1.200 euros. El alquiler de tanatorio también supera los 500 euros, a los que hay que sumar otros gastos como esquelas, flores, el coche fúnebre, la preparación del cuerpo o los gastos de personal.
Por todo ello, la OCU pone el foco en el caso de la capital y destaca que la inhumación más barata, que incluye un nicho en alquiler durante 10 años y el resto de los gastos asociados, suma 2.035 euros, triplicando el coste medio en España, que es de 668 euros. En cuanto a la opción de incineración resulta más económica, con 931 euros, entre las más caras del país.
Garantizar un acceso económico
Ante estos datos, la organización recuerda que el servicio de cementerio es un servicio básico y que por ello se debería garantizar un acceso económico, que no suponga un quebranto a familias en dificultades económicas o que les empuje a buscar otras alternativas como los seguros de decesos.
En este sentido, pagar un seguro de decesos durante años no sale a cuenta, según la organización, ya que puede suponer que, en el momento del fallecimiento, el usuario haya destinado a su entierro en torno al triple de lo que cuestan de media estos servicios en España. Esa es una de las principales conclusiones de un informe que ha publicado este lunes y que desaconseja contratar el producto, enormemente popular en el mercado español, con una penetración de casi la mitad de la población, unos 22 millones de asegurados.