Las familias de los desaparecidos en la tragedia del Villa de Pitanxo reclaman al Gobierno que siga buscando a las víctimas

El avión encargado de traer de vuelta a España a los tres supervivientes y los nueve cuerpos localizados hasta el momento en la tragedia del Villa de Pitanxo ya ha puesto rumbo hacia tierras canadienses. Un trayecto, el de Zaragoza-Puerto de San Juan de Terranova, que dura unas siete horas. Se prevé que podría tocar tierra a 17:00, hora española. Lo que aún no está claro es cuando volverá. La idea es que lo haga mañana mismo.

Mientras tanto, desesperadas, las familias de los 12 desaparecidos en el naufragio han vuelto a salir a la calle para protestar. Ya suman 60.000 firmas de apoyo, y la próxima semana viajarán a Madrid para intentar reunirse con presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y con la Vicepresidenta Yolanda Díaz con la intención de exigir que se siga buscando a los desaparecidos.

"Estamos viendo que tan pronto traigan a los supervivientes y los fallecidos, esto se acaba", han denunciado. Han asegurado que desde el Gobierno Español les han dicho que las labores se retomarán cuando mejoren las condiciones meteorológicas. Algo que, de forma explícita, hasta hoy, no han oído en boca de las autoridades canadienses. "Nadie pide que se asegure la recuperación, pero sí que se intente y que se busque", ha reclamado María José do Pazo, hija de uno de los desaparecidos.

Han pedido así que el Gobierno Español envíe medios de apoyo, más tras las últimas informaciones que les llegan desde el otro lado del Atlántico: les dicen que hoy la mar ha mejorado, pero ningún barco ha salido en su busca: "Si los demás barcos están faenando, qué me estás contando que no se puede estar buscando". Algunas familias ya se están organizando para tomar acciones legales y exigir que se depuren responsabilidades.

"Que se investigue, que no se sabe nada. Y que sirva de precedente para que no vuelva a ocurrir", han destacado. Oficialmente, al ser desaparecidos en un naufragio, ya son considerados fallecidos. Algo que, después de casi cinco días sin noticias, las familias ya asumen. Ahora, cada minuto que pasa es vital para poder recuperar y velar sus cuerpos, y poner así fin a la pesadilla.