EL PRIMER ANIVERSARIO DEL 17-A
Hablan las víctimas de los atentados de Cataluña un año después: "Nos sentimos engañados, agotados, abandonados"
La víctimas de los atentados de Cataluñadenuncian sentirse "abandonados" y "engañados" por las autoridades cuando se cumple elprimer aniversario del 17-A. Critican, además, que se hable desde la "más absoluta ignorancia" y piden a las administraciones que atiendan sus necesidades "más allá de la foto".
Varias víctimas de los atentados del 17A han exigido a los políticos que en los actos de homenaje hagan una "tregua" y no "manipulen" ni "politicen" su dolor, después de haberlas "abandonado" tras los atentados en Barcelona y Cambrils.
En una rueda de prensa, la víspera de primer aniversario de los atentados, las víctimas agrupadas al entorno de la Unidad de Atención y Valoración a Afectados por el Terrorismo, que ha atendido a 182 afectados del 17A, han denunciado que durante todo este tiempo se han sentido "engañadas, abandonadas, incomprendidos y tristes", como ha descrito Ana Cortés, una de las supervivientes de las Ramblas.
En nombre de las víctimas, el coordinador de la UAVAT, Roberto Manrique, ha exigido que los actos institucionales sean un homenaje a las víctimas y que la clase política "haga una tregua".
"Pedimos a la clase política, en nombre de las víctimas, que mañana hagan una tregua, que no utilicen el dolor ajeno para hacer política", ha señalado.
"La gente volaba como muñecos rotos, había sangre"
Ana Cortés, víctima del atropello masivo en Barcelona, cuenta un año después el infierno que vivió en Las Ramblas el 17 de agosto. "Había sangre y gente muerta, la gente volaba como muñecos", relata emocionada. "Salí corriendo hacia casa de mis padres y a día de hoy sigo corriendo", añade. Ana, víctima de los atentados de Cataluña, sigue sufriendo ataques de ansiedad.
Una víctima denuncia el trato que le dispensó una trabajadora social el 17-A
Nuria Figueras fue una de las víctimas de los atentados en Cambrils junto a su pareja Rubén, que resultó gravemente herido. "Él me salvó la vida, se puso delante de mí para protegerme". Nuria denuncia el trato que recibió por parte de una trabajadora social una vez llegaron al hospital. "Me preguntó cuánto ganaba Rubén aún llevando su ropa ensangrentada", apunta.