MURIERON 15 INMIGRANTES SUBSAHARIANOS
Jorge Fernández Díaz: "Los guardias civiles imputados por El Tarajal son inocentes salvo que se demuestre lo contrario"
El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ha expresado su apoyo a los 16 guardias civiles imputados por la tragedia de El Tarajal, en Ceuta, en la que hace un año murieron 15 inmigrantes, y ha pedido a la juez agilidad en el proceso. "Desde luego, el Gobierno y yo como ministro del Interior estamos convencidos, salvo que se demuestre lo contrario, que los guardias civiles son inocentes de lo que se les imputa. Actuaron correctamente", ha asegurado.
Fernández Díaz ha defendido la inocencia de los 16 guardias civiles imputados en los pasillos del Congreso antes de defender el proyecto de Ley de Personal de la Policía, y ha querido dejar claro su respeto a la decisión de la juez de Instrucción número 6 de Ceuta de citar a los agentes que estuvieron el 6 de febrero del año pasado en El Tarajal.
El ministro ha defendido a los agentes porque, entre otras cosas, la presunción de inocencia está plasmada en la Constitución. Respeto, agilidad y absoluto respaldo y apoyo del Gobierno desde el convencimiento de que los agentes "actuaron correctamente", ha resumido. Los guardias civiles no tienen menos derechos que otros ciudadanos, ha añadido Fernández Díaz antes de demandar agilidad en el proceso, que se inició hace un año, por el bien de los agentes y de sus familias.
En cualquier caso, el Gobierno y él están convencidos de que los guardias civiles son inocentes, ha enfatizado el titular de Interior, que se ha remitido a las declaraciones de la Delegación del Gobierno en Ceuta en el mismo sentido de pedir celeridad y manifestar respeto al poder judicial.
Los sucesos que se investigan se iniciaron a primeras horas de la mañana del 6 de febrero de 2014, cuando un grupo numeroso de inmigrantes subsaharianos trataban de llegar a nado a la costa de Ceuta. La juez quiere saber si las actuaciones de los guardias civiles al intentar frenar la llegada de los inmigrantes a suelo español y el empleo de material disuasorio pudo influir de alguna manera en la muerte de los inmigrantes, diez de cuyos cadáveres fueron recuperados en Marruecos y cinco en aguas españolas.