Ocurrido en 2019
Un joven reclama 276.000 euros a la Generalitat por perder un ojo por una bala de foam disparada por los Mossos
La abogada del joven reclama que la Generalitat "se haga cargo de las consecuencias de sus actuaciones". La denuncia por lesiones oculares fue archivada por la imposibilidad de identificar al agente que disparó el proyectil.
Abdellilah E.K., un joven que perdió un ojo por el impacto de un proyectil de foam disparado por los Mossos d'Esquadra en una manifestación contra la sentencia del procés, ha reclamado una indemnización de 276.000 euros al Departamento de Interior por las lesiones que sufrió.
Anaïs Franquesa, codirectora de la entidad pro derechos humanos Iridia, que representa al joven ante los tribunales, ha exigido que la Generalitat "se haga cargo de las consecuencias de sus actuaciones" en una rueda de prensa en la que se ha presentado un manifiesto para exigir la prohibición de los proyectiles de foam.
A la rueda de prensa ha asistido Ester Quintana, la manifestante que perdió un ojo por una pelota de goma y cuyo caso propició la prohibición de este tipo de material antidisturbios -que los Mossos sustituyeron por proyectiles de foam-, cuando se cumplen diez años de la huelga general en la que resultó herida.
Según han explicado los responsables de Iridia, la denuncia por las lesiones oculares a Abdellilah fue archivada por la imposibilidad de identificar al agente que disparó el proyectil.
El joven, según mantiene la demanda que ha presentado para exigir la indemnización, viajó el 17 de octubre de 2019 a Barcelona desde Montgat (Barcelona), donde residía en un centro de menores, para celebrar que cumplía la mayoría de edad.
Una vez en el centro de la ciudad, se dirigía a un bar con el amigo que le acompañaba cuando se topó con una multitud de personas que huían de unas cargas de los Mossos d'Esquadra, momento en que recibió el impacto de un proyectil de foam en el ojo, añade en su reclamación.
La abogada Laia Serra, que representó en los tribunales a Ester Quintana, ha denunciado la dificultad que entrañan los procesos penales para depurar responsabilidades por los daños causados por material antidisturbios, dado que a su parecer son "obsoletos y largos, con un claro posicionamiento de blindar al Estado".
Por su parte, Ester Quintana ha animado a las organizaciones de la sociedad civil y movimientos sociales a adherirse al manifiesto para "conseguir prohibir los proyectiles de foam, igual que las balas de goma", tras denunciar el uso "desproporcionado" que se está haciendo actualmente de ese tipo de munición.
Desde 2019, Iridia contabiliza que al menos 3 personas han perdido un ojo por impacto de una bala de foam, a las que se suman dos casos de traumatismo craneoencefálico grave y un caso de pérdida de testículo. Ello demuestra, según Franquesa, "que estas balas causan lesiones gravísimas, irreversibles y permanentes", uno de los motivos en los que se basó la prohibición de los proyectiles de goma en 2013.
"Nos encontramos ante una oportunidad histórica para prohibir el foam", ha añadido la abogada, en referencia a la comisión de estudio del modelo policial que está en marcha en el Parlament y a la que Iridia tiene previsto entregar el manifiesto antes de que se voten las conclusiones, el próximo 2 de diciembre.