ESTA RED ESTABA DESARROLLANDO UNA AGRESIVA CAMPAÑA DE CAPTACIÓN DE MIEMBROS
El juez Pablo Ruz interroga a los nueve detenidos por enviar yihadistas a Irak y Siria
Entre los nueve detenidos destaca el presunto líder de esta célula, el marroquí Lachen Ikassrien, quien en 2009 denunció en la Audiencia Nacional haber sufrido torturas durante su estancia en Guantánamo. El resto de detenidos son dos españoles, otros cuatro marroquíes, un búlgaro y un argentino y todos ellos conformaban con Ikassrien una red que abría enviado al menos a nueve "combatientes" a hacer la Yihad a zonas en conflicto como Irak y Siria.
El juez Pablo Ruz interrogará a los nueve detenidos en Madrid acusados de formar parte de una red de captación y envío de yihadistas desde Marruecos y España para enrolarse en los grupos de terroristas de Al Qaeda que operan en Irak y Siria, han informado fuentes jurídicas.
Entre los nueve detenidos destaca el presunto líder de esta célula, el marroquí Lachen Ikassrien, quien en 2009 denunció en la Audiencia Nacional haber sufrido torturas durante su estancia en Guantánamo entre 2002 y 2005, hechos que se investigan desde esa fecha en un procedimiento que mantiene abierto el juez Ruz, tras negarse a archivarlo tras la reforma de la justicia universal.
El resto de detenidos son dos españoles, otros cuatro marroquíes, un búlgaro y un argentino y todos ellos conformaban con Ikassrien una red que abría enviado al menos a nueve "combatientes" a hacer la Yihad a zonas en conflicto como Irak y Siria.
Ikassrien, según los investigadores, ejercía un férreo control y disciplina sobre todos ellos, imponiendo correctivos a aquellos que expresaran algún tipo de crítica o pusieran en peligro la seguridad del grupo.
Según informó el Ministerio del Interior a raíz de las detenciones, la labor del grupo estaba dirigida a la financiación, captación, radicalización, adoctrinamiento y envío del máximo número de yihadistas a las filiales de Al Qaeda en Siria e Irak, donde se habrían integrado plenamente y participado en atentados. De hecho, la Policía ha identificado a dos personas que habrían muerto en estos países tras ser enviados por esta célula.
La red, que contaba también con una vivienda en Ávila para mantener reuniones, había conseguido constituir una estructura propia a la que sus integrantes denominaban Brigada Al Andalus, que mantenía conexiones internacionales con grupos asentados en Francia, Bélgica, Marruecos, Túnez, Egipto, Turquía y Siria.
La dinámica de expansión que esta célula estaba adquiriendo para proceder, desembocó en su desmantelamiento ya que "había incrementado de manera significativa la peligrosidad de la misma, convirtiéndose en una grave amenaza para la seguridad nacional", según Interior.
Las investigaciones más recientes pusieron de manifiesto el hecho de que esta red estaba desarrollando una agresiva campaña de captación, con una continuada afiliación de nuevos miembros para enrolarse en la organización terrorista Estado Islámico en Irak y Levante (ISIL).
Ikassrien llegó a España en 2005 tras ser extraditado por Estados Unidos a petición del juez Baltasar Garzón, si bien un año más tarde resultó absuelto del delito de pertenencia a Al Qaeda por el que fue juzgado en la Audiencia Nacional.