PANDEMIA DE CORONAVIRUS
La denuncia de los familiares de una residencia de Leganés: "Dicen que está todo controlado y vemos que van 40 muertos"
La abuela y el padre de Aura y Amparo viven en una residencia de mayores de Leganés. Ambas han denunciado la falta de comunicación con el centro, en el que ya se han detectado numerosos fallecimientos.
La crisis sanitaria provocada por la pandemia de coronavirus ha golpeado de lleno a hospitales y residencias. En los primeros, por la saturación que supone una emergencia de esta magnitud, y en los centros de mayores, por la edad y las patologías previas que tienen sus residentes.
De hecho, algunas comunidades autónomas han decidido intervenir sus residencias por el número de fallecimientos y de ancianos contagiados que están detectando. En el caso de la Comunidad Valenciana, anunciaron que intervendrían todos los centros que tuvieran casos de coronavirus, mientras que Madrid ha tomado el control de ocho residencias.
Además, el confinamiento decretado por el estado de alarma ha obligado a que los ancianos permanezcan aislados de sus familias. En algunos casos, a los familiares les resulta complicado ponerse en contacto, incluso, por vía telefónica. Es lo que ha ocurrido con Aura, cuya abuela vive en la residencia Vitalia, en el municipio madrileño de Leganés.
"Mi abuelo dijo que no le cogían el teléfono en la residencia. Mi padre llamó y le dijeron que estaba todo controlado, pero vemos las noticias y dicen que van por 40 muertos. Volvemos a llamar, dicen que ya nos llamarían, hasta que nos dicen que mi abuela ha dado positivo en coronavirus", nos cuenta la joven.
"Al sufrimiento de no poder estar en contacto, se une la incertidumbre de que no te están informando"
Aura ha querido hacer esta denuncia pública porque su familia está angustiada. En la residencia en la que vive su abuela, al menos, han fallecido 56 ancianos, según los datos que han podido recopilar los propios familiares.
Amparo también tiene a su padre allí y denuncia la situación caótica de la dirección y del equipo médico, tras empezar su padre con síntomas. "Tuvo un pico de fiebre de 38,6 grados y una saturación del 92%, fue el único día en el que nos llamaron por teléfono para darnos los datos, además su compañero no comía y permanecía postrado en la cama.
Estos datos lo sabe porque él tiene teléfono y pudo contárselo, pero viendo que no le daban la medicación adecuada, Amparo se puso en contacto con geriatría del Hospital Severo Ochoa, desde donde se pusieron en contacto con la residencia. Entonces, le llamaron para decirle que "quién era para llamar al hospital".
Cree que tenían que haber actuado antes, con su padres y con muchos residentes. Porque el problema de la falta de información y de actuación es común a muchas residencias de mayores, según denuncian algunas asociaciones de familiares. "Al sufrimiento de no poder estar en contacto con tus seres queridos, se une la incertidumbre de que no te están informando de manera adecuada", apunta Miguel Vázquez, presidente de la Asociación Pladigmare.