DURANTE EL JUICIO DEL CASO GÜRTEL
La peculiar declaración de 'El Bigotes': "Puedo levantarme un segundo al baño, porque le juro que muero aquí"
Álvaro Perez ha tenido momentos muy peculiares durante su declaración en el juicio en la Audiencia Nacional por la financiación irregular del PP valenciano. "Me he levantando a las cinco de la mañana, ¿podemos irnos ya?", ha señalado.
Viéndole repasar sus folios cualquiera diría que Álvaro Pérez traía el guión aprendido, pero el Bigotes es pura improvisación y quería que se le oyera alto y claro.
Él está acostumbrado a jugar duro: "Es que como me atizan tanto tengo la espalda como un gladiador de latigazos", declara. Y como le importa poco el que dirán: "Lo que quieran decir en las tontulias de televisión y los tontulianos, hablarán y hablarán".
Se ha explayado, lo primero, él también entraba como Pedro por su casa en Génova: "Tenía una tarjeta y tengo, por si alguien la necesita".
Dicen en el PP que esa tarjeta está caducada, pero no tiene pinta que Pérez, quiera volver a usarla: "La presión es tremenda. No es lo mismo trabajar para el PP que para Coca-Cola".
No ha perdido el bigotes la chispa en la cárcel, esto responde cuando le preguntan por su número de teléfono: "Jamás me he aprendido un teléfono porque como no me llamo nunca".
Al hilo telefónico, gracietas cuando le pinchan una de sus viejas conversaciones, en la que tardó en descolgar: "A lo mejor no estaba".
Y más bromas cuando le preguntan por las Cajas 'B': "De zapatos nada más pero con zapatos dentro". Show para regocijo de la sala y especialmente de Crespo y Correa que se deshacen de la risa: "Caca de vaca es lo que me daban a mí".
Llegado a este escatológico punto, pide tiempo muerto: "Puedo levantarme un segundo al baño ya, porque es que le juro que muero aquí".
A la vuelta Bigotes habla de Biscotes: "Siempre que hablábamos de biscotes, magdalenas, bizcochos o tartas, hablábamos de dinero". Símiles panaderos para el empresario Enrique Ortiz.
Pero el principal acusado ya está cansado y pide tregua: "Me he levantando a las cinco de la mañana, ¿podemos irnos ya, por favor?". Fin de la función. Algunos a casa y otros a la celda.