Conociendo al coronavirus
Lo que sabemos de la COVID-19 un año después: el contagio es mínimo en superficies y ventilar es clave
Casi un año después, las conclusiones científicas son claras: la COVID-19 se transmite, sobre todo, por el aire. El contagio por superficie queda en segundo plano, por lo que los esfuerzos deben centrarse en mejorar la ventilación e instalar limpiadores de aire.
Desinfectar uno por uno los productos que compramos o pasar un paño con lejía en los pomos de casa son gestos que muchos hacían al inicio de la primera ola de la pandemia de coronavirus.
Ahora, sabemos que este esfuerzo tiene una alternativa sencilla: lavarse las manos de forma habitual. Sin embargo, los expertos sí que recomiendan llevar a cabo desinfecciones en lugares muy concurridos, como hospitales, residencias, centros comerciales...
Al inicio de la pandemia, muchos estudios trataron de analizar cuánto tiempo duraba el virus en papel de billete, en los plásticos y hasta en la tela de mascarillas. Más allá de la desinfección de superficies, el foco se pone ahora en el aire y en la transmisión por proximidad.
Alberto Manuel Torres, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública, asegura que la transmisión es por "proximidad". En esos casos, es fundamental la distancia de seguridad y una correcta ventilación. En definitiva, reducir al máximo los riesgos, porque más de la mitad de los contagiados no sabe dónde ha cogido el virus.
Unas prácticas que, pasado el coronavirus, los expertos aseguran que pueden ayudarnos a combatir virus futuros.