Quienes denuncian la corrupción recuerdan que la justicia no les protege
Maite Carol, tras denunciar el 'caso Pretoria': "Perdí el trabajo, me acosaron, me persiguieron..."
Maite Carol decidió dar el paso y denunciar las irregularidades que, aparentemente, se cometían en el Ayuntamiento de Santa Coloma de Gramanet, en Barcelona. Así se destapó el 'caso Pretoria', la red de corrupción política y urbanística que presuntamente defraudó unos 45 millones de euros entre los años 2000 y 2009. Su denuncia provocó que fuera amenazada y perseguida. Para las asociaciones de jueces, la justicia española no ampara lo suficiente a quienes denuncian la corrupción.
Maite Carol, exinterventora del Ayuntamiento de Santa Coloma de Gramenet, denunció las actividades irregulares que sucedían en su lugar de trabajo y explica que "los acuerdos beneficiaban a agentes externos al Ayuntamiento y perjudicaban a las arcas municipales y yo lo que hice fue informar de aquello".
Gracias a ella, se destapó el 'caso Pretoria', la red de corrupción política y urbanística que presuntamente defraudó unos 45 millones de euros entre 2000 y 2009.
Pero su denuncia tuvo consecuencias negativas. "Perdí el trabajo, tuve dificultades para encontrar nuevos trabajos porque este sistema mafioso que actúa detrás me impedía coger nuevos trabajos, sufrí acoso, denuncias falsas, me persiguieron...", explica Carol.
Como ella, muchos denunciantes de casos de corrupción se sienten indefensos ante un sistema, el judicial, que no les protege. Clara Bayarri, Magistrada de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, comenta que "la justicia española es muy deficitaria en el tema de protección a la víctima y sobre todo a la protección al denunciante. Aquí el denunciante es un medio héroe que tiene pocas medidas de apoyo "
Por eso, muchos jueces piden cambios legislativos para garantizar una mayor seguridad del denunciante. Conrado Gallardo, presidente del Foro Judicial Independiente, asegura que "habría que tener un concepto amplio de protección de testigos, modificar las leyes para que recibiesen protección especial que impidiese que se pudiera actuar contra ellos".
Además critican a los políticos de falta de compromiso. "No parece que haya verdadera voluntad política de conseguir sentencias condenatorias en materias de corrupción", apunta Bayarri. Sólo así, con más protección y un poder judicial con menos influencia política, personas como Maite dejarían de ser héroes para convertirse en piezas clave para acabar con la corrupción.