DE CARA A LA INVESTIDURA DEL PRESIDENT DE LA GENERALITAT
Neus Munté rechaza la "desobediencia" como estrategia para la legislatura en Cataluña: "Detrás de Puigdemont hay 70 diputados"
Después de que Marta Pascal hablara de la necesidad de construir "un Governdentro de la legalidad", la presidenta del PDeCAT, Neus Munté reconoce que Puigdemontes un referente para ellos pero que detrás también hay 70 diputados con el objetivo de formar gobierno.
La presidenta del PDeCAT y exconsellera de la Presidencia, Neus Munté, ha rechazado la "desobediencia" como estrategia para afrontar la nueva legislatura en Cataluña y ha apostado por hacer compatible formar cuanto antes un nuevo Govern y "respetar la legitimidad del president Carles Puigdemont".
Munté ha subrayado que, pese a que fue cesado como presidente de la Generalitat en aplicación del artículo 155 de la Constitución, Puigdemont "es el president legítimo" y "el único candidato con los avales necesarios para ser investido" por el Parlament con el apoyo de la mayoría independentista.
Munté ha evitado concretar qué fórmula podría desbloquear la investidura y ha expresado su "confianza" en que los negociadores de JxCat y ERC sabrán encontrarla, pero sí ha subrayado que "lo que hace falta es un Gobierno y un presidente que puedan de una vez por todas tirar adelante" la legislatura y evitar que "pueda haber más ataques al marco competencial y a las libertades" de Cataluña.
"Necesitamos un Gobierno que gobierne y necesitamos hacerlo compatible con el hecho de que Puigdemont tiene toda la legitimidad como president", ha señalado, sin concretar cuál debe ser el reparto de papeles en esta legislatura.
Munté ha dicho ser consciente de la "complejidad" que implica "conjugar dos cuestiones que deben ser necesariamente compatibles: formar gobierno ya y respetar la legitimidad del presidente", pero ha insistido en la necesidad de "encontrar las fórmulas" que lo hagan posible.
Por el momento, ha destacado Munté, "nadie ha puesto sobre la mesa" un plan B que suponga presentar a otro candidato a la investidura y, en este sentido, ha remarcado que el PDeCAT no se plantea otro nombre que no sea el de Puigdemont, que en todo caso es quien tiene "la última palabra".
Pero en caso de que la fórmula de desbloqueo político pasara por investir a otro candidato de JxCat, ha advertido de que el PDeCAT tendría derecho a pronunciarse: "Si esta alternativa se plantease, nosotros tendríamos que valorarla, como hicimos cuando el president Puigdemont planteó la necesidad de crear JxCat".
Después de que la coordinadora general del PDeCAT, Marta Pascal, apostara por formar un "Govern estable dentro de la legalidad", Munté ha dicho "coincidir" con ella y ha asegurado que su posicionamiento es "compartido por mucha gente, dentro y fuera del partido".
"No he escuchado a nadie decir que hay que actuar al margen de la legalidad vigente", ha apuntado Munté, que ha recordado que todas las formaciones aceptaron concurrir a las elecciones del 21D pese a haber sido convocadas por el Gobierno de Mariano Rajoy con el 155.
Munté ha alertado de que hablar de desobediencia "no es lo más inteligente en estos momentos, cuando todo el independentismo está en el punto de mira" del "sistema judicial" español.
"No soy partidaria de la desobediencia, creo que no es una estrategia que en estos momentos pueda contribuir a mejorar las situación de muchas personas que debemos proteger y en las que debemos pensar en todo momento", ha remarcado, en alusión a los presos soberanistas y a los miembros del anterior Govern que permanecen en Bélgica, entre ellos el propio Puigdemont.
Según Munté, "en todos los movimientos que se realicen y en las decisiones que se tomen" hay que tener en cuenta que "necesariamente los hemos de proteger a todos ellos". Eso no significa, ha puntualizado, "bajar la cabeza y rendirse", porque "defendemos una causa legítima que mantendremos y queremos tirar adelante, pero la desobediencia ahora no es una manera inteligente de hacer las cosas".
Por otro lado, ha asegurado que la proclamación de independencia que hizo el Parlament fue simplemente "una declaración política sin efectos jurídicos".