Confía en el éxito de JxCAT
El nuevo partido de Puigdemont echa a andar en plena tensión con el PDeCAT
Esta formación llevará el nombre de Junts per Catalunya, y con ella se desgajan del PDeCAT, que exige dejar el partido a los que militen en ella. El expresident ha recalcado que no sobra nadie y que se necesita a todo el mundo.
El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont ha confiado en que la nueva JxCat que se constituye este sábado clarifique este espacio político: "Tenemos que acabar con la confusión que reconozco que nosotros mismos hemos generado". En una entrevista del diario 'Ara' recogida por Europa Press, ha explicado que el proceso ha sido difícil porque el objetivo era que "ningún espacio se sintiera excluido, y esto pide tiempo porque hay muchas sensibilidades".
"Ya es irreversible. La gente ya ha votado en cinco ocasiones JxCat, pero ahora tiene que funcionar más organizadamente, tenemos que acabar con la confusión", según él. También ha hablado sobre si romperán con el PDeCAT: "Hay mucha gente que se ha incorporado a JxCat, empezando por mí mismo. Nuestra voluntad es de máxima integración de toda la gente que quiera".
Pero ha añadido: "El espacio que representaba CDC ha sido un espacio esencial en la construcción de Catalunya y tiene una tradición reconocida. Ahora bien, la federación no está sobre la mesa". En cuanto a que desde el PDeCAT se dice que él ha girado a la izquierda, se ha definido socialdemócrata y ha afirmado: "Decir ahora que haremos un partido que solo será de izquierdas es poco riguroso, como decir también que este es un espacio convergente, si es una idea de menosprecio".
Ha defendido que el nuevo espacio va del liberalismo a la socialdemocracia y parte de la izquierda catalana, y que serán bienvenidos todos: "Incluida la gente que ha decidido ahora con todos mis respetos fundar el PNC. Me alegra saber que su objetivo es la república catalana y, por tanto, somos aliados todos desde el PNC a la CUP". "No me sobra nadie en este lado de la trinchera. Al contrario, nos falta más gente que esté para buscar un voto más centrado por la derecha y con otra estrategia perfectamente legítima", ha dicho.
Y ha reiterado lo que dijo Jordi Sànchez sobre que JxCat no usará los derechos electorales de CDC: "Queremos empezar de cero, incluso asumiendo este riesgo. Espero que no nos juegue a la contra y que se entienda que si es un actor tan potente que tiene representación política en muchas instituciones, el hecho de no tener derechos electorales no sea un hándicap".
En cuanto a si el independentismo puede superar el 50% en las próximas elecciones catalanas, cree que es la opción mayoritaria pero ha matizado: "También nos tenemos que preguntar si con el 50% cambia algo. ¿El Estado dirá que merece la pena que nos sentemos a mesa y negociemos? ¿Y la UE?".
Respecto a que Oriol Junqueras (ERC) asegure que no pactará con el PSC, ha respondido que "es bueno que el independentismo no se abra a hacer gobiernos no independentistas". Sobre la mesa de diálogo, ha dicho que, tras la primera mesa, Catalunya "tiene menos competencias y recursos" aunque no pierde la esperanza en su utilidad, pero no cree que ahora mismo la mesa será la solución porque hoy por hoy está muy lejos de serlo, según él.
La marcha a Bélgica, ¿una fuga?
Ha explicado que su marcha a Bélgica no fue una fuga, no fue dejar en la estacada a la gente, sino que tuvo un sentido político; y sobre los que no se fueron y ahora están en la cárcel, ha dicho: "La prisión es una herramienta de combate como el exilio". Sobre el momento en que se fue a Bélgica, ha explicado: "No teníamos preparada una estrategia de violencia para responder a la violencia del Estado. Teníamos preparada una estrategia de transición democrática y un proceso de negociación".
"Claro que me gustaría volver, y, si pudiera, hacerlo como un hombre libre para ir a tomar contacto con mi gente. Pero aplicando el principio de realismo esto ahora mismo no puede entrar en ningún plan ni a corto ni a medio plazo", ha añadido.
Al preguntársele si debe pedir perdón por algo y en concreto por su frase 'Si gano, volveré', ha respondido: "Dije que volvería como presidente si el Parlament me investía. Lo teníamos todo a punto por si era el 30 de enero. Sabíamos cómo ir al Palau una vez el Parlament me hubiera investido telemáticamente y tomar posesión y plantear la lucha que habría considerado oportuna desde la presidencia. Fue un día muy triste".