Apuesta por "educar"
Pilar Alegría descarta prohibir los móviles a los estudiantes: "Es poner puertas al campo"
La ministra de Educación apuesta por "educar" en el uso responsable en lugar de "prohibir o poner medidas coercitivas" al problema de los menores y los móviles. Cree que se debería hacer "un ejercicio de cogobernanza y de colaboración del sistema educativo con las familias".
La Ministra de Educación y Deportes, Pilar Alegría, descarta prohibir el uso de móviles entre adolescentes y apuesta por la educación para un buen uso de los dispositivos.
En una entrevista en 'Cadena Ser', la responsable de Educación, ha dicho que la solución no pasa "sólo por prohibir o por medidas coercitivas" que, en su opinión, "serían como poner puertas al campo".
Alegría considera más adecuado realizar "un ejercicio de cogobernanza y de colaboración del sistema educativo con las familias" para ver "cómo mejorar o cómo establecer que esa relación de los jóvenes con esas nuevas tecnologías sea mucho más prudente, mucho más segura".
"Es un reto del buen uso, que tienen que hacer ellos, los padres y los profesores. Más que prohibir hay que educar en el uso racional de las tecnologías", ha dicho la responsable de Educación. Así, ha explicado que desde el Ministerio ya se están dedicando fondos europeos a mejorar la formación y competencias del profesorado en nuevas tecnologías.
Pero este no es solo un problema que se deba abordar en las aulas. La responsable de Educación ha descargado también la responsabilidad en las familias al asegurar que, aunque "todas las miradas generalmente siempre llevan al ámbito educativo, el horario escolar tiene un límite y hay que analizar qué pasa con esos niños".
Estas declaraciones llegan en un momento en el que cada vez más padres se replantean la idoneidad de dar un teléfono móvil a sus hijos antes de los 16 años.
En Telegram ya existen varios grupos de padres que reúnen a más de mil personas de diferentes comunidades autónomas donde se organizan porque quieren dejar de normalizar el dar un móvil a un niño de 12 años cuando empieza el instituto.
El objetivo es pedir un pacto para evitar la "presión social" que sienten los pequeños cuando entran en el instituto y son "los únicos" que no tienen móvil.