Casa Real

Los posados veraniegos en Mallorca: la evolución de la Familia Real, a través de su mejor espejo

Los posados de la Familia Real han cambiado en el contenido, sí, pero también en la forma, es decir, en el escenario elegido, que ha ido adaptándose con el tiempo. Las circunstancias obligan a que el discurso de la imagen sea muy diferente.

Sirven no solo como una demostración fehaciente de la transformación física de los Borbones, sino también de los cambios profundos que se producen año a año en su seno, en su estructura y composición. Los posados oficiales de cada verano en Mallorca se han convertido en el mejor termómetro para medir el pulso de la Familia Real. Así, han evidenciado que atrás quedó la época dorada, aquellos buenos tiempos en los que todo el clan se reunía al completo para inmortalizarse gracias a los medios de comunicación a los que citaban en su residencia estival de Marivent.

La estampa de la familia extensa ha quedado en el olvido. Y qué decir de las vacaciones a las que además se sumaban otras casas reales como la británica o algunos presidentes estadounidenses con sus cónyuges. Los posados han cambiado en el contenido, sí, pero también en la forma, es decir, en el escenario elegido, que ha ido adaptándose con el tiempo.

Los años de esplendor

Desde 1973 hemos asistido a estampas diversas. Los primeros años únicamente protagonizaban la instantánea los reyes Juan Carlos y Sofía junto a sus tres hijos, Elena, Cristina y Felipe. A finales de los años 80 y hasta en cuatro ocasiones -entre 1986 y 1990- se sumaron a ellos Carlos de Inglaterra y Lady Di, acompañados de sus vástagos, Guillermo y Enrique. Años después sería Bill Clinton el que tomaría el relevo y se dejaría deleitar por las bondades de la isla. No sería el único mandatario estadounidense. Los Obama harían lo propio casi dos décadas más tarde.

Pero sigamos con los miembros de la Casa Real española. La familia se fue expandiendo, las infantas y el entonces príncipe se casaron y sus parejas se sumaron a la foto. Con los nacimientos de sus hijos el retrato se tornó casi multitudinario. En 2006 se produjo el primer posado de la princesa Leonor. Tenía por aquel entonces nueve meses. El verano siguiente conocimos a la infanta Sofía que apenas contaba con poco más de ocho semanas de vida. Ese año, 2007, asistimos a dos acontecimientos 'históricos' más. Por un lado, a la última aparición de Jaime de Marichalar en Marivent y el último posado estival en varios años. Tan solo tres meses después, la Casa Real anunciaba el cese temporal de la convivencia de los duques de Lugo. Por otro, a la fotografía que batió el récord en cuanto a número de protagonistas: 16 nada más y nada menos.

El relevo generacional: todo se reduce al núcleo duro

A partir de ese momento, que supuso todo un punto de inflexión, las tradiciones dieron un giro de 180 grados. Entre los años 2008 y 2014 el posado oficial se fue adaptando a las circunstancias del momento y dejó de haber estampa veraniega institucional como la conocíamos hasta ahora. Se inmortalizaba a los entonces príncipes en alguna de sus salidas. Así ocurrió en 2008, cuando la prensa se conformó con retratar a don Felipe, su mujer y sus dos hijas en el Real Club Náutico de Palma. Al año siguiente, mismo 'modus operandi', aunque en distinto escenario: el Parque del Mar, cerca de la Catedral.

2010 y 2011 nos permitieron ver a unos príncipes y a sus hijas más informales, disfrutando del concierto de su gran amigo Jaume Anglada. Este verano fue, además, el último para Iñaki Urdangarin como parte de la foto. Tampoco se llevó a cabo un posado como tal, sino que la Familia Real fue captada a la salida de un restaurante de la isla con todos los pequeños de la casa como los grandes e indiscutibles protagonistas.

Poco a poco, el relevo generacional iba teniendo lugar de forma progresiva, al tiempo que los Borbones se 'olvidaban' de Marivent y consolidaban la promoción de Mallorca a través de otros puntos de interés cultural e histórico. Así, 2012 fue el año del tren de Sóller y 2013, el último antes de la abdicación de don Juan Carlos, el de la granja de Esporles.

2014, nueva etapa: vuelta a los orígenes

Con la proclamación de Felipe VI como rey se implantan nuevas costumbres relacionadas con el posado estival. El Rey decide en 2014 volver a conferir protagonismo al lugar primigenio, Marivent, aunque la alterna con la Sierra de Tramuntana. El relevo generacional es ya una realidad y ahora solo don Felipe, doña Letizia, la princesa Leonor y la infanta Sofía, es decir, el núcleo duro, la 'auténtica' Familia Real -como suelen decir en Zarzuela-, posan oficialmente para los medios.

Así ocurrió al año siguiente, cuando doña Letizia sorprendió por cierto con un nuevo corte de pelo estilo bob. La residencia oficial tuvo que ceder protagonismo al Club Náutico, que volvió a ejercer de escenario para inmortalizar a los Borbones. 2016 fue verano el más 'atípico' debido a la situación política, pero como no podía ser de otro modo, no se quedó sin su correspondiente retrato. Esta vez en los jardines de Marivent. Como curiosidad, un dato: una de las fotografías que formaron parte del posado terminó en el despacho de la reina Isabel II de Inglaterra.

Al año siguiente, la princesa Leonor y la infanta Sofía posaron solas por primera vez en la puerta de la residencia oficial. Aunque también tuvieron tiempo de visitar el museo Can Prunera, en Sóller. Pero fue 2018 el año en el que estrenaron un nuevo marco para esta tradición real. Las hijas de don Felipe acababan de regresar de un campamento de verano en Estados Unidos y el Palacio de la Almudaina sirvió para que la princesa de Asturias intercambiara unas palabras con los periodistas allí apostados acerca de su experiencia al otro lado del charco.

De nuevo, la Familia Real regresó a los jardines de Marivent al verano siguiente. 2020, el año de la pandemia, tuvo a Petra como destino de los reyes y sus hijas, que aprovecharon para visitar la Casa Museo de Fray Junípero Serra. Lo que más llamó la atención fue la imagen de la infanta Sofía, que el día de antes había sufrido una caída en las escaleras de su casa y tuvo que ayudarse de muletas para poder caminar. De muletas y de su hermana, que le sirvió de bastón en varias ocasiones.

Mientras que el año pasado la Familia Real quiso conmemorar el décimo aniversario de la declaración de la Unesco de la Serra como paisaje cultural del patrimonio mundial y eligió el santuario de Lluc y el ayuntamiento de Escorca para el posado institucional -con la pertinente mascarilla y distancia social-, este verano, y más concretamente estos días, don Felipe y los suyos se han dejado retratar en la Cartuja de Valldemossa, un lugar clave en la historia de célebres personajes como Rubén Darío, Miguel de Unamuno, Fréderic Chopin y George Sand.

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