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Haya elecciones... o no

El "socialismo o libertad" de Ayuso, "trumpismo puro y duro": lo que esconde el eslogan del PP de Madrid

¿Tienen algo en común la presidenta de la Comunidad de Madrid y el expresidente estadounidense a la hora de colocar sus discursos -que no sus políticas-? laSexta sondea a los expertos en comunicación política para ver a qué les suena.

En la semana en la que se ha desencadenado todo, en la que la política patria ha dado -una vez más- un vuelco inesperado, en la que las noticias se solapaban, la gran protagonista, Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, ha dejado claras dos cosas.

Que la estrategia ha de ser gestada milimétricamente, sin espacios a la interpretación, o puede acabar el asunto en tribunales. Y también, igualmente, que el mensaje lo es todo. Tus ideas, tus valores, tus supuestos de hoy convencerán al votante del mañana.

Puede que, por eso, Ayuso y el Partido Popular de Madrid no hayan tardado ni un telediario en decir exactamente lo que quieren que se sepa. Que esto, a sus ojos, se trata de ellos o Sánchez.Y que no se les puede "robar el Gobierno por la puerta de atrás". Ni mucho menos la decisión de ir a las urnas.

Esta melodía suena a vieja conocida, a la comunicación al más puro estilo Trump. Pero, ¿es así? ¿Tienen algo en común la presidenta de la Comunidad de Madrid y el expresidente estadounidense a la hora de colocar sus discursos -que no sus políticas-? laSexta sondea a los expertos en comunicación política para ver a qué les suena. Y, desde luego, trae reminiscencias del otro lado del charco.

Juegos polarizadores

"Hay similitudes con el discurso de Trump: especialmente el incidir constantemente en que todo es o blanco o negro", saluda Luis Arroyo, consultor político y presidente de la organización Asesores de Comunicación Pública. "Es evidente en el discurso de Ayuso en concreto, que en realidad hay que remitirlo al discurso de Aznar y Aguirre. Ella tiene muchos ribetes del discurso populista de derechas e izquierdas".

Para muestra, un botón: el eslogan que ha adoptado la presidenta en estos primeros momentos tras la escabechina autonómica. "Socialismo o libertad" es su lema, y adoptado por todo el partido. "Este es un ejemplo evidente. Es como cuando la izquierda apela a pueblo o poder. Es un discurso que enraíza en gran parte de la población, que de este modo lo ve todo claro. No hay matices. Es un juego polarizador, extremo", cree Arroyo.

Según Enrique Cocero, consultor político y líder de 7-50 Strategy, en ese juego de palabras se encierra todo. "Ahora es la hora de los eslóganes. ‘Socialismo o libertad’ resuena al cubano ‘Socialismo o muerte’, pero este es más amable", ríe el especialista. "Ella ha entrado muy fuerte con un eslogan que ha impregnado, que ha percutido bastante bien. Y quien estaba dominando en la cuestión de los eslóganes desde 2019 era el PSOE".

Trumpismo "puro y duro"

Lo cierto es que, a sus ojos, "qué malicioso es este en concreto, porque al plantearte una disyuntiva y que una sea el socialismo, o estás conmigo [por Ayuso] o con ellos", apunta Cocero. "Es la corporización del bipartidismo. Volvemos a la antigua confrontación, el socialismo es ellos y la libertad soy yo, con todos los que se me quieran unir. El eslogan es la sublimación de la descomposición de Cs y la sombra a Vox".

Puede que hay quien piense que todo esto no es nada nuevo. Que Ayuso no ha venido a revolucionar nada. Y tiene razón. "El discurso populista no lo inventa Trump, va desde Berlusconi. Justo lo que Ayuso hace es de manual: intentar simplificar de manera perversa la realidad mostrando sólo dos opciones, cuando son muchísimas más, y condiciona tu posicionamiento con ese tipo de planteamiento", plantea Pedro Marfil, profesor en la Universidad Camilo José Cela y miembro directivo de la Asociación de Comunicación Política (ACOP).

"Están intentando desprestigiar o demonizar el concepto socialismo, cuando en España siempre ha estado muy aceptado", considera Marfil. "Es trumpismo puro y duro. Él es el referente populista por antonomasia ahora, pero ese discurso es muy similar al de Pablo Iglesias en su momento, siempre con falsas dicotomías. Y ahora Ayuso se ajusta a piñón: la banalización del concepto socialismo, la sobreestimación del concepto libertad, que es un concepto engañoso, porque, ¿la que propone es individual o social? ¿Es tu libertad o es la libertad de todos?", se pregunta el experto.

Valentía y reelección

Pero esto no es síntoma de que a la presidenta de la Comunidad le vaya a ir bien en las urnas si finalmente se celebran los comicios. "Es un tono punzante, duro. Es un lenguaje que percute mucho, también en la izquierda. Ella se ha quitado la etiqueta de la derechita cobarde. Si hay alguien que no es cobarde es Ayuso. Nadie puede acusarla de eso", incide Luis Arroyo.

Aunque sí hay algo que achacarle. Al menos, a lo que comunica. Un rechazo al colectivismo, representado por el socialismo o comunismo. Una suerte de valentía, de comunicación directa. Son clásicos conceptos del populismo, apuntan los expertos.

Cabe recordar que Trump es el primer presidente de EEUU que ha perdido la reelección desde Jimmy Carter, en 1981. "Esto no es la panacea", advierte Arroyo. Si bien "los halcones clásicos del PP y el propio Pablo Casado están en ese discurso. Lo adoptan porque viene detrás Vox con mucha fuerza. Ella se ve impelida a lanzar esos mensajes".

Cambio de eje y paradigma

Sin embargo, hay un matiz. Lo explica Enrique Cocero: en Estados Unidos, "el eje sobre el que giraba la campaña de las presidenciales es Trump o no Trump: aunque formalmente no lo fuera, se planteaba la elección como un referéndum, un plebiscito. Aquí no".

"La alternativa es: o estos señores, el PSOE con Sánchez, o el resto, que más vale que esté bajo mi paraguas. El eje sobre lo que se mueven los eslóganes son distintos, porque si tuviéramos que comprarlo uno a uno sería Ayuso o el resto. Pero no, ella mueve el eje: o esos o el resto", ahonda Cocero. Y en ese movimiento puede estar el quid.

Para Pedro Marfil, lo que esconde Ayuso es "una adaptación del discurso independentista pero en Madrid". "Ha insistido en la victimización del madrileño, como maltratado. Ha insistido mucho en intentar hacerse ver como una víctima. En España es superpropio de los independentistas. En Madrid nunca había habido una generación de identidad propia, o un intento. El madrileño no es de Madrid, es de todos lados. Es muy complejo generar esa identidad, ella ha hecho intentos al respecto. Era algo inédito y que ella ha intentado fomentar".

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