NO LE HA RECIBIDO A SU LLEGADA

Quim Torra escenifica en los Juegos Mediterráneos su ruptura con el rey

El presidente de la Generalitat, Quim Torra, ha escenificado en la ceremonia de inauguración de los Juegos Mediterráneos la ruptura con el rey, ya que no le ha recibido a su llegada pero sí le ha entregado después un libro de fotos sobre el 1-O y un informe del defensor del pueblo catalán sobre esa jornada.

Torra, que había mantenido el suspense sobre su asistencia a la inauguración, decidió finalmente estar presente, aunque aclaró en una declaración institucional que en lo sucesivo el Govern eludirá los actos organizados "por la monarquía" y tampoco invitará a Felipe VI a los de la Generalitat.

Torra ha sido la primera de las principales autoridades en llegar al Nou Estadi de Tarragona, lugar que ha albergado la ceremonia inaugural de los XVIII Juegos Mediterráneos, y después lo ha hecho el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. El protocolo fijaba que ambos debían recibir al rey a su llegada, pero tras apearse de su vehículo, Felipe VI ha sido saludado sólo por el presidente del Gobierno.

Ha sido poco después, ya dentro del estadio, cuando el presidente de la Generalitat se ha acercado al rey, le ha saludado estrechando manos y le ha entregado el libro del fotoperiodista Jordi Borrás 'Días que durarán años', en el que se recoge lo que los independentistas interpretan como represión policial en la jornada del referéndum del 1 de octubre. También le ha entregado los informes del Síndic de Greuges, el defensor del pueblo catalán, sobre lo acontecido en esa jornada.

A continuación el rey ha accedido al palco del estadio seguido de cerca por Sánchez y a una cierta distancia por Torra, momento en el que varias personas han desplegado dos pancartas pidiendo la libertad de los soberanistas presos. Felipe VI se ha situado de pie en el asiento central del palco, y mientras que a su izquierda se han colocado las autoridades políticas, a su derecha lo han hecho representantes de instituciones deportivas.

Así, Sánchez se ha ubicado a su izquierda, por lo que el presidente del Gobierno es la única persona que separaba al rey del presidente de la Generalitat. De pie han escuchado todos ellos el himno nacional, que ha sido recibido con aplausos mayoritarios frente a los pitos que también se han escuchado, y el propio Torra ha aplaudido al finalizar esa interpretación.

Tras tomar todos ellos asiento ha comenzado la ceremonia inaugural, durante la que se ha podido ver una conversación constante y distendida entre Sánchez y el presidente de la Generalitat. Esta ha sido la primera ocasión en que ambos se han visto como máximos representantes del Gobierno y del Govern, y también ha sido la primera vez que el rey ha coincidido con Torra.

El presidente de la Generalitat había rubricado este mismo viernes a su ruptura con el Rey ya que antes de desplazarse a Tarragona había firmado desde el Palau de la Generalitat su renuncia como vicepresidente de honor de la Fundación Princesa de Girona. Al llegar a Tarragona, el presidente catalán ha acudido primero a una concentración en el centro de la ciudad, alejada del Nou Estadi y que había sido convocada por las organizaciones independentistas ANC y Òmnium Cultural.

En los alrededores del estadio han habido dos concentraciones más que han reunido unas decenas de personas, una de los autodenominados Comités de Defensa de la República (CDR) y otra a favor de la unidad de España, sin que se hayan producido altercados al estar separadas por los Mossos d'Esquadra.

En el palco de autoridades de la ceremonia inaugural de los Juegos se encontraban también, entre otros, la ministra de Política Territorial, Meritxell Batet, quien ha ocupado asiento a la izquierda de Torra; la presidenta de Baleares, Francina Armengol; y el presidente del Gobierno de Andorra, Antoni Martí.

Entre los responsables deportivos, han asistido el presidente del Comité Internacional de los Juegos Mediterráneos, el argelino Amar Adaddi; el presidente del Comité Organizador de los Juegos y alcalde de Tarragona, Josep Fèlix Ballesteros; y el presidente del Comité Olímpico Español, Alejandro Blanco.

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