Según el último sociómetro vasco
El rechazo a la independencia en Euskadi alcanza su máximo histórico: 41% en contra frente a un 21% a favor
Así lo expone el último Sociómetro Vasco, que también recoge el interés de la población de Euskadi sobre el estado de la política y de la democracia en la comunidad.
Hasta un 41% de los vascos rechazan a día de hoy la independencia de Euskadi. Así lo recoge el último Sociómetro Vasco publicado por el Gabinete de Prospección Sociológica, estudio en el que además se señala que sólo el 21% de la población se muestra a favor de la separación del resto del Estado español. Al mismo tiempo, un tercio de la ciudadanía (el 32%) estaría de acuerdo o no con esta opción según las circunstancias.
Los resultados de este trabajo, que se llevó a cabo entre el 17 y el 21 de mayo con 3.333 entrevistas telefónicas efectuadas de forma aleatoria, arroja unos datos muy interesantes a la par que reveladores, pues incluye una gráfica a modo de serie histórica en la que se puede observar la evolución de las posiciones registradas por el sociómetro desde 1998 hasta este momento. Así, se confirma el ascenso meteórico entre los vascos que rechazan la independencia.
Si a finales de los 90 el 24% apoyaba la autonomía completa del territorio, más de 20 años después este planteamiento se muestra más vigente que nunca: ha alcanzado su máximo histórico, situándose en el 41%. Dicha tabla permite comprobar al mismo tiempo el crecimiento sostenido que ha vivido esta postura en el tiempo, pues salvo en momentos puntuales no ha dejado de generar adeptos.
Lo contrario ocurre con el planteamiento independentista: si en 1998 lo defendía el 25% de la población, ahora esta idea atrae solo al 21%. No obstante, en este caso sí se ha registrado una evolución irregular, con importantes subidas y bajadas en torno a la defensa de esta propuesta. La prueba: en 2014, el 30% de la población se mostraba a favor de la separación de Euskadi; tan solo dos años después, en 2016, se notificaba el mínimo valor histórico relativo a esta postura (21%).
Del mismo modo, también se ha reconocido un descenso en el número de personas que, según el estudio estaría de acuerdo o no con la independencia según las circunstancias. A finales de los 90 eran la mayoría (el 36%). Sin embargo, con el paso de los años cada vez eran menos los que mostraban dudas relativas a esta consideración frente a la coyuntura político-económica y social del País Vasco. Sólo en 2009 volvió a registrar el dato más similar al señalado (34%), si bien posteriormente continuó cayendo hasta situarse en el 32%.
Curiosa es también es la línea que representa a quienes no tienen nada claro cómo posicionarse respecto a la idea de la independencia de Euskadi. Porque desde 1998 el valor ha sido prácticamente similar año tras año (con 10% como mínimo en 2004 y 2005 y un 16% como máximo en 2019-2020). La sorpresa viene al ver el cambio de tendencia registrado en los dos últimos años, donde la gente que 'no sabe-no contesta' a esta cuestión a pasado a representar a tan solo el 6% de la población vasca.
La política y la democracia, en el punto de mira
En cuanto al interés por la política, el 63% dice que le interesa "poco o nada", frente al 36% que tiene bastante o mucho interés en ella. Dos tercios de los vascos confiesan además sentirse nada o poco próximos a los partidos políticos, que suspenden todos ellos en las notas que les dan los encuestados. La mayor puntuación la obtiene el PNV (4,8 puntos sobre 10), seguido del PSE-EE (3,9), EH Bildu (3,7) y Elkarrekin Podemos (3,5). Los menos valorados son PP+Ciudadanos (1,8) y Vox (0,7).
Con respecto a los líderes políticos, el lehendakari, Iñigo Urkullu, logra un 5,3, seguido de la portavoz parlamentaria de EH Bildu, Maddalen Iriarte (5). A continuación figuran Idoia Mendia (PSE-EE) con 4,6, Miren Gorrotxategi de Elkarrekin Podemos (4,5) y finalmente Amaia Martínez de Vox (2,3) y Carlos Iturgaiz de PP+Cs (2,0). Pese a estos resultados, un 53% de la población se muestra muy o bastante satisfecha con el funcionamiento de la democracia en Euskadi, porcentaje que se reduce al 23 % en cuanto al funcionamiento en España.