REENCUENTRO SEIS MESES DESPUÉS
Quim Torra planta al rey Felipe VI en el tradicional besamanos al llegar a la cena del Mobile World Congress
Felipe VI ha llegado al Museu Nacional d'Art de Catalunya (MNAC) de Barcelona para presidir la cena de inauguración del Mobile World Congress (MWC), a la que también asiste el presidente de la Generalitat, Quim Torra, quien ha rehusado participar en el saludo protocolario al rey.
Al igual que Torra, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, participa en el convite, pero tampoco se ha sumado a la recepción de la llegada del jefe del Estado y han esperado en otra de las salas.
Don Felipe ha llegado al MNAC, situado en la zona de Montjüic, acompañado por la ministra de Economía y Empresa, Nadia Calviño, quien hace las funciones del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, según el protocolo acordado por el Ejecutivo.
En la línea de saludos en el vestíbulo, han estado la ministra de Política Territorial, Meritxell Batet, y el de Ciencia, Pedro Duque, así como la delegada del Gobierno en Cataluña, Teresa Cunillera.
También han estrechado la mano del rey los principales directivos de GSMA, la patronal de la industria del móvil y organizadora de la feria, que se celebra en Barcelona desde 2006.
Como habían anunciado esta semana, Torra y Colau se han ausentado del grupo de autoridades que han recibido al monarca, aunque su intención es saludarle en el cóctel que precede a la cena.
A Torra le ha acompañado al acto el consejero de Política Digital, Jordi Puigneró, que se ha retirado con él del vestíbulo diez minutos antes de que llegara el rey.
Hasta entonces, el presidente de la Generalitat, que ha lucido el lazo amarillo de apoyo a los políticos independentistas que están presos, ha estado en la entrada del museo, aunque no se le ha visto departir con los ministros.
Sí ha estado hablando durante un rato con la alcaldesa de L'Hospitalet de Llobregat, la socialista Núria Marín.
El gesto de Torra de no participar en el besamanos se enmarca en la postura de rechazo de la Generalitat hacia la figura del jefe del Estado como represalia por el discurso que pronunció en contra del desafío independentista en Cataluña el 3 de octubre de 2017, dos días después del referéndum ilegal.
A eso se añade la celebración estos días en el Tribunal Supremo del juicio contra los principales dirigentes catalanes acusados de organizar la consulta inconstitucional, al que Torra ha tachado de "farsa".