Con "más ganas, más ilusión y más fuerza que nunca"
Sánchez defiende su Gobierno "limpio" ante los "odiadores" y el "pesimismo de la derecha" tras ser reelegido líder del PSOE
¿Por qué es importante? El cónclave socialista termina con un PSOE demostrando unidad ante la "máquina del fango" que acecha a su entorno profesional y familiar más cercano.
Los socialistas llegaban a su 41º Congreso Federal"tranquilos" a pesar del cerco judicial que les acecha desde hace meses y que por momentos se ve ampliado. Quizás porque ya se preveía que la nueva Ejecutiva no presentaría muchos cambios. Lo terminan, en cambio, con un mensaje de aliento y defensa de su reelegido secretario general y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
Durante su intervención, que ha servido de clausura, ha reivindicado su gobierno "limpio" pese al odio y los ataques que vincula a la "derecha y la ultraderecha". Todo ello entre aplausos y vítores de los suyos para reflejar una unidad que no se ha dado, en cambio, en todos los compromisos adoptados.
Donde sí han demostrado unidad ha sido en la votación que ha ratificado la lista propuesta para la nueva Ejecutiva de la formación que llegaba en la madrugada y que ha contado con un 90% de apoyo en la votación de este domingo. Una nueva Ejecutiva en la que el núcleo del presidente se mantiene con María Jesús Montero como vicepresidenta del partido y con Santos Cerdán como secretario de organización.
Lo que sí ha cambiado de manos ha sido la Secretaría de Igualdad de la formación que pasa a la delegada del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Pilar Bernabé. Un cargo que llega en forma de reconocimiento por su labor en la gestión de la catastrófica DANA. De hecho, una vez conocido su nombramiento la socialista se ha trasladado hasta Sevilla desde Valencia, donde se encontraba como miembro del CECOPI.
Precisamente, a la hora de poner en valor la labor de Bernabé, Sánchez ha cargado contra el Partido Popular (PP), y más en concreto, contra el president de la Generalitat, Carlos Mazón. "No supieron estar a la altura durante el peor desastre natural que ha golpeado el país durante décadas. De hecho, ni siquiera estuvieron en sus puestos de trabajo", ha asegurado el secretario general socialista en alusión a que el barón estuvo ilocalizable durante horas cuando un temporal arrasaba Valencia el pasado martes 29 de octubre.
Por otro lado, Sánchez también ha sacado a colación al expresidente 'popular', José María Aznar, por su polémica frase en la que señalaba que "quien pueda hacer, que haga". En un juego de palabras, ha sentenciado que "quien pueda votar que vote". Palabras que llegaban después de un 'speech' motivacional para los suyos en los que exigía que tuvieran "una sola prioridad": "Volver a ganar las elecciones municipales, autonómicas, generales de 2027".
Una prioridad que dice él asume "en primera persona" y que lleva a deducir que queda Sánchez para rato al frente del Ejecutivo central, pero también como cabeza de lista en los futuros comicios. Eso sí, advierte de que les van a "golpear", "calumniar", "elevarán más el ruido" y "las revoluciones de esa máquina del fango" para hacerles caer.
Ante ello, Sánchez presenta como solución "ganar en las urnas" y legislar: "A cada ataque suyo habrá una nueva política progresista aprobada en el Boletín Oficial del Estado". En esa línea, ha subrayado poner "de moda el optimismo" y dejar que "el pesimismo se lo quede la ultraderecha", así como "su gris cenizo".
A sus ojos, "el éxito les aterra y es la razón de su fracaso". "No perdonaron la moción de censura del 2018" que sacó a Mariano Rajoy de Moncloa, "ni las elecciones del 2023 ni del 2019". Eso sí, "sobre todo, no perdonan que gobernemos mejor que ellos y con un Gobierno limpio", ha reivindicado Sánchez sobre las acusaciones de corrupción vertidas sobre su entorno profesional y personal más cercano.
Ataques que ha vivido durante "una década como secretario general y siete años como presidente del Gobierno de España". Estas palabras han provocado que el plenario se haya puesto en pie con sonrisas de oreja a oreja como la de su esposa Begoña Gómez o la ministra de Igualdad, Ana Redondo. Incluso, ha tenido que pedir que se le escuchase porque era la confesión a realizar era "importante".
"He meditado mucho sobre lo qué hacer con mi vida" para considerar "si tocaba dar un paso a un lado o un paso atrás", ha admitido. Cuestión que, dice, haber tratado con su familia porque ellos "también son víctimas del odio de los odiadores profesionales", ha asegurado en referencia a las investigaciones judiciales abiertas sobre su esposa y su hermano. Por eso, decide dar "un paso al frente": "Tengo más ganas, más ilusión y más fuerza que nunca", ha clamado.
El ideario de la (casi) unidad
Más allá de la motivación de Sánchez, el cónclave socialista también ha dejado una hoja de ruta actualizada con cuestiones más o menos polémicas como la financiación autonómica, la revalorización de las pensiones o el feminismo clásico de Carmen Calvo, que en esta ocasión se apunta un tanto, tras eliminar lo "queer", así como el plus (+) del colectivo LGTBI.
Lo que sí ha convencido a barones críticos como Emiliano García-Page ha sido la multilateralidad a la que se han comprometido para diseñar un nuevo modelo de financiación autonómica. Una multilateralidad que en realidad no descarta la "relación bilateral" del Estado con las comunidades autónomas. Si bien ha convencido a un Page que, en cambio, no se ha quedado a la intervención final de su secretario general.
En vivienda, el PSOE se marcaba como meta este sábado que el parque público llegue al 6% del total. Cuestión a la que se ha sumado el anuncio de la creación la creación de una empresa pública de vivienda que desde el Ejecutivo aclaran, nada tiene que ver con la ya existente Entidad Pública Empresarial de Suelo, conocida como Sepes.