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LE CAMBIARON DE CÁRCEL PORQUE TUVO UN ENCONTRONAZO CON EL RECLUSO DÍAZ FERRÁN

El vía crucis del líder de Manos Limpias en la cárcel: nervioso, decaído y se enfrentó a un empresario al que había denunciado

Miguel Bernad, el líder de Manos Limpias, no se está adaptando a la vida de la prisión. Apenas come y está nervioso porque empieza a ser consciente de lo que le puede ocurrir, de la condena que le puede caer. Su estrategia pasa por culpar de todo a Luis Pineda y cuentan que hace unos días en el patio de la prisión casi llegó a las manos con un empresario al que había denunciado.

La estancia en prisión está siendo un auténtico vía crucis para el líder de Manos Limpias. Según ha podido saber laSexta, Bernad está muy nervioso y decaído, por todo lo que le puede venir encima. Lleva ya 19 días en la cárcel madrileña  porque, según el juez, junto con el líder de Ausbanc extorsionó a empresarios a cambio de, entre otras cosas, retirar acciones judiciales.

Cosas del destino, uno de esos empresarios denunciados se encontró con Bernad cara a cara en el patio de la cárcel de Navalcarnero y  el empresario se enfrentó verbalmente al líder del seudosindicato, pero la cosa no fue a más.

Pero no es el primer altercado: hace unos días le cambiaron de cárcel porque tuvo un encontronazo con el recluso Díaz Ferrán, al que también había denunciado. Tan poco adaptado han visto a Bernad que la cárcel ha decidido ponerle un compañero de celda, un preso sombra, para evitar que se autolesione.

Durante su vida en prisión, Bernad está recibiendo la visita de la Policía que no le toma declaración pero si habla con él. Él estaría culpando de todo el entramado de chantaje a Pineda, con la idea de poder rebajar su pena.

laSexta/ Noticias/ España