Tres escenarios posibles
La vida ahora sin mascarillas... ¿y sin más dosis? Este es el futuro de las vacunas COVID
El director médico mundial de vacunas de Pfizer cree que lo más probable es que las personas de alto riesgo sigan recibiendo una dosis de recuerdo cada año, como con la gripe.
En un momento en el que España retira la mascarilla, los expertos ven difícil aventurar el futuro de la vacunación: ¿Se recomendará otra dosis de refuerzo solo para los más vulnerables o para el conjunto de la población? ¿Se administrará en adelante una dosis que sea más específica contra la Ómicron?
Con motivo de la Semana Mundial de la Inmunización, que se celebra del 24 al 30 de abril, expertos convocados por Pfizer han debatido en un seminario dirigido a periodistas sobre los logros, los avances y el futuro de las vacunas, con atención especial a las de la covid.
Según ha expuesto el vicepresidente senior y director médico mundial de vacunas de Pfizer, Luis Jodar, hay ahora mismo tres escenarios posibles, aunque el primero, la eliminación regional del covid, es improbable a corto plazo.
Dosis de refuerzo para alto riesgo
El segundo escenario es la de que en una situación endémica con un potencial evolutivo moderado se administren dosis de refuerzo periódicas, al menos a las personas de alto riesgo, a los cohortes de recién nacidos y a otros grupos según el riesgo o la inmunidad.
Pero si la situación endémica o epidémica del covid implica un potencial evolutivo alto, sería necesaria la administración de dosis de refuerzos anuales a todos los grupos etarios adaptadas a las distintas mutaciones, hasta que se logre la vacuna universal, es decir, la dosis única que permita no tener que vacunarse más.
En EEUU, ha explicado Luis Jodar, ya está aprobada la cuarta dosis para los mayores de 50 años y los inmunodeprimidos, y en Israel ya se ha visto que un segundo refuerzo aumenta la protección contra la enfermedad severa y la muerte.
¿Vacuna contra Ómicron?
En el caso de las vacunas específicas contra la Ómicron, según ha dicho Luis Jodar, “no está tan claro” que esa vacuna proteja también más contra los casos severos.
“Por eso es tan importante ver los datos de la vigilancia epidemiológica, que es lo que nos da la señal para ver si se necesita otra dosis más o una basada en la ómicron”, ha explicado.
Las compañías trabajan con muchos escenarios, incluso el de que las próximas vacunas contra el coronavirus se diseñen junto a las de la gripe u otros virus estacionales que también afectan a adultos, aunque se trata de modelos que tienen que tener en cuenta también las contraindicaciones de medidas así.
Reforzar la protección en vulnerables
Ángel Gil, profesor de Salud Pública y Medicina Preventiva de la Universidad Rey Juan Carlos, sostiene que hoy por hoy en las personas más vulnerables sí merece la pena reforzar la protección, y explica que tanto Pfizer como otras compañías trabajan en la búsqueda de vacunas que mejoren las actuales.
Para el jefe del Servicio de Pediatría del Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela, Federico Martinón-Torres, el futuro de las vacunas va a depender de si el virus pierde o no virulencia, y si es más agresivo de lo que es ahora o de lo que fue.
“Tendremos que ir haciendo lo que recomienden las autoridades. Cada país va a tener un escenario diferente, no hay una vía clara, única e irrefutable”.
Incorporar las vacunas a nuestra rutina
Los expertos han coincidido además en que la COVID-19 ha mejorado la concienciación sobre la vacunación en los adultos; sin embargo, según los expertos, la población debe asumir un papel responsable en el autocuidado de nuestra salud, incorporando las vacunas a un modo de vida saludable.
A pesar de que durante la pandemia España ha liderado las coberturas vacunales mundiales frente a COVID-19, los expertos advierten de la necesidad de una concienciación mayor en lo relativo a la vacunación de los profesionales que atienden a pacientes adultos y la necesidad también de aumentar las tasas de vacunación en este colectivo.
Pfizer sostiene que la vacunación es una estrategia eficaz de salud pública para prevenir enfermedades infecciosas y que su uso ha reducido significativamente la carga de enfermedades prevenibles por vacunación en los últimos 40 años y evita entre 4 y 5 millones de muertes cada año en el mundo.