EL MUNDO DEL DEPORTE, SALPICADO POR LOS PAPELES DE PANAMÁ
Alex Crivillé cobró sus derechos de imagen a través de una sociedad offshore
Los papeles de Panamá siguen señalando a rostros muy conocidos de nuestro país, y parece salpicar a todos los sectores. El campeón del mundo de motociclismo, Alex Crivillé, abrió una sociedad en las Islas Vírgenes para cobrar sus derechos de imagen meses después de ganar el mundial del 1999. Crivillé ubicó su residencia en Suiza, pero las empresas de su marca tenían sede en España. Éstas cedieron sus derechos a una empresa en Islas Vírgenes. Cuando se retiró, cerró la citada empresa.
Alex Crivillé se coronaba como campeón del mundo de motociclismo y tres meses después los ingresos que generó esa victoria se sellaron con una firma. La rúbrica del mito de los 500cc como accionista de Pro Best Invest, la empresa offshore registrada en las Islas Vírgenes con la que el piloto cobró los derechos de imagen y de marca tras ganar el mundial.
El asesor del deportista ha reconocido a laSexta que esa empresa era de su cliente. Se creó, dice, con un objetivo: pagar menos impuestos. Pero para ello hizo falta algo más que ingeniería fiscal, mucho kilometraje.
Desde España la empresa que gestionaba los derechos de imágenes de Crivillé se los cedió a otra empresa holandesa, Racinvest, y esta a su vez se la cedió a Pro Best Invest, en las islas vírgenes británicas.
Según el contrato por los derechos de imagen la sociedad pagaría a Crivillé al menos 72.000 euros y si superaban la cifra, un 85% de los beneficios. Esos ingresos también tenía su propia ruta hasta Ginebra. Allí tenía su cuenta bancaria, porque para evitar a la Hacienda española tuvo que emigrar fiscalmente hasta Suiza.
Algo fácil para él, teniendo en cuenta, que los pilotos pasan gran parte del año viajando de circuito en circuito. Por eso, según su asesor, Crivillé sólo volvió a poner rumbo a España cuando se bajó de la moto definitivamente. Pero la despedida profesional del deportista fue en 2002 y la disolución de Pro Best Invest no se produjo, según los papeles de Mossack Fonseca, hasta cuatro años después.