En el año 1764

La administración más antigua de España está en Carmona: lleva más de 250 años repartiendo ilusión

Valentín Pinaglia, quien ha sido parte de la 13ª generación de loteros de la familia, se despide tras haber mantenido viva una tradición que ha resistido "dos guerras mundiales, dos revoluciones, una guerra civil… Solo cerró unos días con la pandemia".

En el año 1764, bajo el reinado de Carlos III, la Lotería llegó a España como una iniciativa impulsada por su ministro de Hacienda. Carmona, una pintoresca localidad sevillana, tuvo el honor de ser uno de los primeros lugares en contar con este sistema de juego. En aquel entonces, la única forma de comprar un boleto era acudir a un lotero que se colocaba estratégicamente cerca de la administración número 1, la primera de España.

Valentín Pinaglia, 13ª generación de loteros en Carmona, ha sido testigo de la evolución de esta tradición a lo largo de más de dos siglos y medio. "Al principio, los loteros tenían el simple derecho de vender y se buscaban la vida en la calle", comenta Valentín. Fue su abuelo quien instaló la venta de lotería en casa, una práctica que mantuvo hasta los años 70, cuando la venta de lotería se profesionalizó y se centralizó en puntos de administración.

Valentín y sus antecesores han sobrevivido a los vaivenes de la historia: "Dos guerras mundiales, dos revoluciones, una guerra civil, una dictadura, monarquías… Esta administración solo cerró unos días con la pandemia". Durante la Guerra Civil, la compra de lotería se convirtió en un acto casi simbólico, una manera de aferrarse a la normalidad en tiempos oscuros.

Con el auge del consumismo en los años 70, la figura del lotero se transformó en un vínculo cercano y casi familiar para los vecinos de Carmona. Sin embargo, Valentín, quien se jubila este año, reconoce que la tradición ha cambiado. "Mi familia no seguirá con la administración, pero el nuevo propietario será carmonense. Recibí ofertas de fuera, pero quiero que esta tradición se quede en casa".

A esta administración le queda un gran sueño por cumplir: repartir el Gordo de Navidad, algo que, según Valentín, ya "les toca" tras más de 250 años de historia.