LA CADENA HUMANA FUE DISUELTA POR LOS AGENTES
El alcalde de Cádiz y cuatro concejales intentan sin éxito paralizar un desahucio
El alcalde de Cádiz, José María González, 'Kichi', ha intentado mediar con la policía para evitar un desahucio, acompañado de cuatro concejales electos de 'Cádiz Sí se puede' que han sido desalojados por los agentes. Los ediles formaron una cadena humana que finalmente fue disuelta. El objetivo era paralizar el desalojo de una familia que llevaba viviendo en la finca más de 25 años y que no habían podido pagar los últimos recibos del alquiler.
Una comisión judicial ha ejecutado el desalojo de un matrimonio y su hija de 16 años de la casa en la que viven en Cádiz en régimen de alquiler, en un desahucio que se ha llevado a cabo a pesar de la movilización que trataba de impedirlo, en el que han participado miembros del nuevo gobierno municipal.
La Policía ha auxiliado a la comisión judicial que llevaba a cabo este desahucio, que el pasado 2 de junio fue pospuesto tras otra movilización popular para evitarlo.
Los agentes han desalojado a varias personas que habían formado una cadena humana para evitar este desahucio, entre ellos cuatro concejales de Por Cádiz sí se puede, para poder acceder a la vivienda y notificar a la familia este paso.
El alcalde de la ciudad, José María González Santos, Kichi, también ha acudido al lugar, una vivienda del número 35 de la calle Benjumeda, para intentar mediar en la situación.
En la casa vivían hasta ahora Antonio Moreno, enfermo y con una pensión por minusvalía, su mujer y su hija de 16 años.
La familia vivía en este piso bajo desde hace más de 25 años con un contrato de renta antigua, que el año pasado terminó y fue sustituido por otro que supuso un incremento del precio del alquiler que la familia no puede afrontar, lo que llevó a que se iniciara este procedimiento de desahucio.
"Que duran los anuncios, ¿un día? ¿Dos días?"
La desesperación de una joven para comprar un piso con su pareja: "Se ha convertido en una auténtica subasta"
Comprar piso se ha convertido en una auténtica odisea. Primero, por el precio; segundo, porque los pisos vuelan en cuanto se pone el anuncio. El pago al contado cobra fuerza frente a las hipotecas.