Los locales se están marchando
Manifestaciones en Alicante y Palma de Mallorca contra el turismo de masas: piden soluciones para recuperar la "esencia de barrio"
Los vecinos de Alicante y Palma de Mallorca están cansados de los efectos que tiene el turismo de masas sobre la economía local como, por ejemplo, que se hayan disparado los precios del alquiler y los pisos turísticos. Por eso, piden soluciones.
La plataforma 'Alicante, ¿dónde vas?' ha convocado este sábado, 13 de julio, una manifestación contra el turismo de masas a la que han asistido cientos de personas. Los vecinos bajo el lema "Alicante tiene un límite", dicen estar cansados de los efectos que este ha tenido sobre la economía local como, por ejemplo, que se hayan disparado los precios del alquiler y los pisos turísticos.
Con esta marcha, con la que también quieren dejar claro que no están en contra del turismo, pretenden visibilizar, denunciar y pedir soluciones contra la llegada de extranjeros en masa. Según denuncian, este modelo de negocio está haciendo que la gente se vaya a vivir afuera de la ciudad, consiguiendo, así, que los barrios pierdan su esencia.
A los efectos del turismo en masa se suma también "la sobrecarga en los servicios y una acumulación de basuras" en las calles. "No queremos que Alicante sea un escaparate como otras ciudades", han declarado, comparándose con zonas como Ibiza o Mallorca. Esta última también se ha sumado a las protestas.
Este viernes cerca de 10.000 personas, según la Delegación del Gobierno, se han manifestado en Palma contra la masificación turística y por una vivienda "digna". En esta ocasión, la marcha ha sido convocada por la entidad Banc del Temps de Sencelles y tenía como lema "Mallorca no se vende. Digamos basta".
En las pancartas que han portado algunos de los vecinos podían leerse las consecuencias negativas que genera el turismo de masas en la isla. En ellas denunciaban "los atascos, la contaminación y la insostenibilidad" que provoca la masificación. En otras se lamentaban de que hay "demasiados turistas, coches y yates".
Entre las medidas que reclaman está el derecho de los mallorquines a vivir en la isla, donde el precio de la vivienda está disparado. "La vivienda debe ser un derecho y no un negocio", decía una de las pancartas.