Álvaro, enfermo de miastenia congénita y gran dependiente, no recibe ayudas desde hace tres años

A pesar de su cojera, Álvaro vuelve del cole a su casa andando. Su madre le ayuda a agarrarse al columpio porque sufre una miastenia congénita, una enfermedad que, unida a la parálisis cerebral le convirtieron en 2009 en gran dependiente. Un grado tres que incluye una subvención de 600 euros que, hace tres años, le quitaron sin saber por qué. Ahora, a pesar de que necesita a su madre para poder hacer una vida normal, le han bajado al grado uno de dependencia que no recibe ninguna ayuda económica. Valencia está a la cola de España en atención a dependientes, según un estudio.