OCUPARON UNA OFICINA BANCARIA ABANDONADA
'Er Banco Güeno', una iniciativa de ayuda social bajo mínimos en Málaga
'Er Banco Güeno' de Málaga está bajo mínimos. Esta iniciativa vecinal da de comer diariamente a cerca de 350 personas. En vacaciones han descendido considerablemente las donaciones y, sin embargo, han aumentado los demandantes. Esta situación ha provocado que sus voluntarios tengan que ir puerta por puerta para pedir alimentos que poder cocinar.
María José es una de las 350 personas que diariamente acude a 'Er Banco Güeno'. Lleva seis años en paro y el único ingreso con el que cuenta su familia es la ayuda que recibe su marido, también sin trabajo.
"Vengo por necesidad, hay veces que no tengo para comer y vengo. Además, me dan alimentos una vez al mes", explica María José.
'Er Banco Güeno' es un proyecto de ayuda social llevado a cabo por voluntarios del barrio la Palmilla, en Málaga. Cada día reciben distintos alimentos donados por sus vecinos. Con ellos, preparan comida para las familias más empobrecidas del lugar.
Para realizar esta actividad, un grupo de vecinos oupó una sucursal bancaria que se encontraba abandonada. De esta forma, empezó con el reparto.
"Sobre todo es dar de comer al que no tiene. También hacemos muchas más labores, como luchar contra los desahucios", explica Francisco Ponce, coordinador de 'Er Banco Güeno'.
Esta iniciativa no cuenta con ningún tipo de apoyo institucional. Tan solo con la solidaridad de la gente. Ahora, 'Er Banco Güeno' está encontrando bastantes dificultades para ofrecer su ayuda a los más pobres.
La demanda está aumentando y, en cambio, las donaciones están descendiendo. Necesitan más alimentos para poder seguir ayudando.
"La cosa va en aumento, cada día más, puesto que la situación es más grande", señala Francisco.
Por su parte, José Cosín, abogado de 'Er Banco Güeno', explica que "cada día que abre el banco bueno es un milagro. Precisamente por eso las instituciones nos odian, porque hacemos la labor que ellos deberían hacer y prefieren mirar para otro lado".
Así se han mantenido dos años y aseguran que, pese a las dificultades, continuarán. Para que ninguno de sus vecinos pase hambre.