Casi dos meses después
Benetússer, Paiporta y Catarroja exigen que se retiren de una vez los residuos de la DANA: "Estamos hablando de líquidos inflamables"
El contexto Los incendios de dos cementerios de vehículos en Catarroja y Alberic ha despertado la ira de los alcaldes de las localidades. Reclaman que se retiren cuanto antes y que, hasta entonces, se alejen de las zonas residenciales.
Los incendios de Alberic y Paiporta, declarados en menos de 48 horas en la zona cero de la DANA, han hecho explotar a los alcaldes de Benetússer, Paiporta y Catarroja, quienes reclaman que se retiren los restos que dejó el temporal cuanto antes. Asimismo, han exigido que, al menos, hasta que se produzca el traslado, se habiliten vertederos lejos de las zonas residenciales para garantizar la seguridad de los habitantes.
El fuego de Catarroja se originó en un cementerio de coches ubicado en un solar, y aunque ya está extinguido, su alcaldesa, Lorena Silvent, ha avisado del peligro que supone para la salud pública el hecho de que los vertederos se encuentren cerca de zonas residenciales: "Estamos advirtiendo que están al lado de nuestras casas, de los colegios, gasolineras, qué más tiene que pasar".
Asimismo, el de Alberic ya está controlado y su evolución es favorable. Se produjo en una cantera donde también se acumulaban vehículos inservibles tras la DANA. La humareda tóxica que desprendió, obligó a desalojar a casi 1.000 vecinos y tres residencias de ancianos, aunque la mayoría de ellos ya han podido regresar a sus hogares. "Entre hoy y mañana las residencias también volverán", ha señalado el alcalde de la localidad, Toño Carratalá.
Sin embargo, los vecinos temen que esta situación se repita, puesto que hay cementerios de automóviles habilitados en todas las localidades afectadas por la riada. De hecho, el jefe de la Policía Local de Benetússer, Francisco Márquez, ha indicado que "un incendio de una montaña de vehículos es muy difícil de controlar. Estamos hablando de líquidos inflamables, baterías, combustibles...".
La mayoría de estos vehículos deberían haber sido declarados ya como residuos urbanos, pero los trámites burocráticos continúan bloqueando su retirada. Una situación que ha despertado el hartazgo de Silvent: "Es una cuestión de actuar, y poner todos los medios que hagan falta, no pueden decir que contactemos con desguaces, no. Es que hay que movilizar a todos los desguaces". De igual manera, ha lanzado un mensaje a la población: "Lo que queremos es decirle a los vecinos que no están solos y que estamos haciendo todo lo posible por avanzar".