122 LLAMADAS DE DENUNCIA SÓLO EN EL ÚLTIMO AÑO
Cada vez más adolescentes denuncian casos de violencia de género
La fiscalia de menores ha notado un repunte de violencia machista entre jóvenes de los 13 a los 17 años. En una semana trágica, con cinco mujeres asesinadas, hay nuevos datos de violencia preocupantes.
En los pequeños gestos, en los límites impuestos, en el control y la humillación. No hay maltrato pequeño ni está acotado a una edad. Cada vez son más las adolescentes que denuncian el maltrato.
Pero ni es tan público ni tan fácil que ellas denuncien. El 67% de las menores atendidas aseguran que no supieron detectarlo. Confundían la dominación con una visión romántica de la protección.
En una centralita de la Fundación Anar toman cada día el pulso a la violencia machista entre adolescentes. "La edad más habitual son 15 o 16 años, pero hemos recibido de menores de 13 años", explica Leticia Mato, abogada de Fundación ANAR.
122 llamadas solo en el último año denunciando la indefensión. Cada vez más frecuentes y también más duras. "Él me encerró en su casa sin dejarme salir, me subió por las escaleras arrastrándome... He querido dejarle pero me amenaza con matar a toda mi familia. No sé qué hacer, ¿esto es un maltrato?”.
La respuesta inmediata es un sí y los expertos ya alertan de esta indefensión por no saber. Insisten en que la clave está en la educación y denuncian los recortes en atención social. En 2 años la Comisión contra los malos tratos ha recortado un 50% su equipo de psicólogos mientras siguen reclamando una mayor intervención en las escuelas.
Talleres como el de Proyecto Malva llevan cinco años apostando por la intervención directa. Aquí aprenden a desmontar roles. Según Cruz Roja el 18.8% de los chicos jóvenes cree que insultar a su compañera no es maltrato.
Muchos además lo ejercen sin control en las redes sociales y a través del móvil. Una violencia que intimida las 24 horas del día y que les marca en ocasiones para siempre. Porque una de cada 5 jóvenes maltratadas en la adolescencia vuelve a caer, años después, en las garras del maltratador.