Un caimán en Toledo

Un caimán en Toledo: así fue la difícil captura del animal en Yunclillos

Fernando, un cuidador de reptiles, se metió en la balsa de agua y consiguió capturar al caimán que apareció en Yunclillos, Toledo. Pero en esa operación de rescate se llevó un mordisco en la mano, aunque afirma que no pasó miedo.

Fernando Iglesias se ha enfrentado a un desafío: capturar a un caimán en una balsa de Yunclillos (Toledo). Como puede verse en el vídeo que acompaña a esta noticia, el cuidador de reptiles se tira de cabeza y va directo hacia el animal. Con mucho cuidado, se acerca poco a poco a él mientras sus compañeros le previenen del peligro. Ha utilizado un anzuelo para capturarlo y, mientras tira de él, el animal intenta zafarse. Según explica Fernando, "el animal se revolvía con fuerza".

Al intentar agarrarlo, cuenta, el caimán le mordió en una mano: "Le cogí de la cola pero no veía porque el agua estaba muy turbia y, al revolverse, se dio la vuelta y me mordió en la mano". Finalmente, y tras varios minutos de tensión, consiguió salir con el reptil. En las imágenes puede verse la mordedura. Fernando ha necesitado puntos, pero asegura que no se asustó. "La mordedura no es nada del otro mundo", añade.

Sacar al animal fue muy complicado porque la balsa de agua era más grande de lo que esperaba y había mucha profundidad. "Es una charca de más de 150 metros de largo, 33 de ancho y cuatro metros de profundidad", añade Fernando. La primera idea fue capturarlo con redes pero, según explica a laSexta, estos animales captan rápidamente las vibraciones en el agua y al detectar la presencia de alguien huyen.

Fernando contó con la ayuda de otros compañeros. Aseguran que tuvieron que hacer varios intentos hasta que consiguieron capturarlo.

El reptil apreció en una finca privada de Yunclillos. El dueño, Benito del Peral, fue quién avisó a la Guardia Civil. Señala que se llevó un susto enorme: "Esto es una finca vallada, con cámaras de vídeo. Que aparezca un cocodrilo en este pueblo de Toledo no es lo más normal".

El caimán mide alrededor de un metro, pesa unos tres kilos y podría tener entre 3 y 5 años. No tenía chip, así que el Seprona investiga su procedencia. Creen que alguien pudo abandonarlo en un río cercano: "Es posible que haya caído en las manos de alguien, que haya estado en un terrario, que haya crecido y que el dueño no pudiera mantenerlo".

Ha sido examinado por los veterinarios y el Safari de Madrid se ha hecho cargo de él.

laSexta/ Sociedad/ laSexta

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