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La carta de un médico del Hospital de Torrejón que dejó su puesto: "Hay noches donde toda la urgencia depende de dos médicos que llevan 24 horas"
Los detalles El profesional cuenta en su carta de despedida que a pesar de que los últimos años el hospital de Torrejón ha sido su "casa", esto se ha desmoronado en "una época en la que se nos ningunea" y "se pone el foco en lo que no se tiene que poner, buscando solo errores y culpa".
Resumen IA supervisado
Un profesional sanitario del Hospital de Torrejón ha denunciado mediante una carta que el servicio de urgencias "está dejando de funcionar" debido a la falta de personal y la acumulación de pacientes sin posibilidad de ingreso. En su carta de despedida, a la que ha tenido acceso laSexta, el trabajador expresa su frustración por el deterioro del ambiente laboral, la crítica injusta hacia los médicos y la falta de liderazgo. Además, señala que la sobrecarga laboral y la falta de personal cualificado ponen en riesgo la seguridad de los pacientes. Agotado por una situación que ha afectado su salud mental, el profesional ha decidido dejar su puesto, deseando que lleguen cambios positivos para sus compañeros.
* Resumen supervisado por periodistas.
El servicio de urgencias del Hospital de Torrejón "está dejando de funcionar", mientras los pacientes se acumulan "porque no hay posibilidad de ingreso". Esa es la denuncia que un profesional sanitario del hospital madrileño ha hecho a través de una carta que envió al centro cuando dejó su puesto de trabajo.
El profesional cuenta en su carta de despedida, a la que ha tenido acceso laSexta, que a pesar de que los últimos años el hospital de Torrejón ha sido su "casa" y ha formado parte de un equipo "que parecía una fortaleza", esto se ha desmoronado en "una época en la que se nos ningunea" y "se pone el foco en lo que no se tiene que poner, buscando solo errores y culpa" donde se ha criticado incluso que los médicos satisfagan sus "necesidades fisiológicas".
En estas líneas, el trabajador hace hincapié en que "lo que de verdad tendría que preocupar es por qué un servicio está dejando de funcionar. Lo que tendría que preocupar es que, año tras año, se acumulen pacientes porque no hay disponibilidad de ingreso. Lo que tendría que preocupar es que, como cada año, el periodo de vacaciones sea una tortura. Lo que tendría que preocupar es, por qué, de repente, hay una estampida del personal, incluso de gente que llevaba desde los inicios de este hospital".
De esta manera, apunta que, una vez más, pasarán un verano "caótico como siempre, sin personal, con el poco que hay menospreciado, sin jefe y sin rumbo, con un montón de gente descontenta".
"Es hora de plantearse si de verdad hay que seguir así", señala el médico al hablar sobre los horarios de los profesionales y de las noches "donde toda la urgencia dependerá de dos adjuntos que llevan 24 horas". Así, dice que esto no puede seguir así, "no porque no se pueda dormir nada en esa guardia sino porque me preocupa que pase algo grave o se cometa un error importante". "Con la seguridad de los pacientes no se debería jugar", añade.
Debido a estas y otras muchas razones que explica en la carta, el trabajador, "cansado de una situación a la que no se le ve el fin, y con difícil solución, que ha perjudicado seriamente mi salud mental, he decidido marcharme". "No se puede luchar por algo que ya está destruido, aunque me haya costado bastantes horas de terapia darme cuenta de esto", señala.
- Puede leer la carta completa aquí:
Hola a todos. Durante los últimos tres años y medio, Torrejón ha sido mi casa; mis compañeros, mi familia (de hecho, los veía más que a ellos). Y por eso, me da pena irme (aunque imagino que no tanto como a otros compañeros que llevaban más tiempo que yo).
Tuvimos una buena jefa, a la que le tenemos cariño y respeto, que hizo del equipo un grupo unido que parecía una fortaleza. Pero solo lo parecía, porque cuando los vientos soplan desde arriba, se ha visto como se desmorona y hemos entrado en una época en la que se nos ningunea, se pone el foco en lo que no se tiene que poner, buscando solo errores y culpa, y, si un dolor en la punta del dedo espera más de lo que algunos les gustaría o pone quejas, se preocupan y se nos recrimina que satisfagamos nuestras necesidades fisiológicas (el día que la IA avance lo suficiente, esto os lo podréis ahorrar, pero de momento, somos seres humanos que comemos, hacemos pis, caca, nos ponemos enfermos y cuando trabajamos 24 horas, necesitamos descansar un poco, lo siento).
Lo que de verdad tendría que preocupar es por qué un servicio está dejando de funcionar. Lo que tendría que preocupar es que, año tras año, se acumulen pacientes porque no hay disponibilidad de ingreso. Lo que tendría que preocupar es que, como cada año, el periodo de vacaciones sea una tortura. Lo que tendría que preocupar es, por qué, de repente, hay una estampida del personal, incluso de gente que llevaba desde los inicios de este Hospital.
Y así nos encontramos, un verano más, caótico como siempre, sin personal, con el poco que hay menospreciado, sin jefe y sin rumbo, con un montón de gente descontenta (seguro que en este saco no solo entran personal y pacientes, también algunos que nunca han trabajado en urgencias desde que hicieron alguna guardia de residente o no saben cómo funcionan y les resulta tediosa nuestra carga).
Y cuando salen las planillas y se comprueba que hay noches donde toda la urgencia dependerá de dos adjuntos que llevan 24 horas, es hora de plantearse si de verdad hay que seguir así, y no porque no se pueda dormir nada en esa guardia (ya me han aclarado bastante que no se me paga por dormir, ni por comer, ni otras necesidades básicas), sino porque me preocupa que pase algo grave o se cometa un error importante (porque errores hay, cada vez más, pero afortunadamente, nunca pasa nada). Y con la seguridad de los pacientes no se debería jugar.
La solución que se propone a esta falta de personal es que los residentes mayores cubran algún puesto de adjunto, y sintiéndolo mucho, no se puede pasar por ahí. Son personal en formación, y aunque algunos/as son muy válidos/as, no se les puede cargar con esa responsabilidad. Este problema se tiene que solventar desde otras esferas, y no pasar por esto.
Residentes a los que, por otro lado, dadas las recientes y abundantes contrataciones de adjuntos sin MIR y la sobrecarga laboral, se les está privando de una formación en condiciones.
Es por esto por lo que, cansado de una situación a la que no se le ve el fin, y con difícil solución, que ha perjudicado seriamente mi salud mental, he decidido marcharme. No se puede luchar por algo que ya está destruido, aunque me haya costado bastantes horas de terapia darme cuenta de esto.
A los que os quedáis: os deseo que todo vaya mejor. A mis antiguos compañeros (que cada día sois menos), os echaré muchísimo de menos. Gracias por compartir tantos buenos momentos y tantas enseñanzas. A los nuevos (que sois casi todos), no os puedo echar de menos porque no os conozco, pero os deseo que os sintáis en familia, que os impliquéis, aunque el servicio se esté desmoronando, que le pongáis ganas y pasión y que veléis por realizar el trabajo bien. Arrimaos a los que quedan y que tanto me enseñaron a mí.
A los resis: lamento en lo que os estáis viendo envueltos, pero no lo toméis como una excusa sino como algo más para forjar vuestro carácter. Poned ganas en vuestro desempeño, porque el futuro de nuestra salud está en vosotros.
A mis compis de enfermería, TCAEs, personal de apoyo y admisión: gracias por tanto, por haberme aguantado en los peores momentos, por haberme guiado desde el inicio y por ser una parte esencial del equipo. Llegarán tiempos mejores, seguro.
Y con un sabor agridulce, con cariño y nostalgia por lo que fue, y pena de pensar en lo que se ha convertido, me despido de lo que una vez fue mi hogar.
Os deseo que lleguen los cambios necesarios que hagan que el entorno mejore o que lo bueno lo encontréis fuera si no veis otra salida, como fue mi caso. Nos veremos (¡que el mundo es un pañuelo!).
Gracias por estos años.
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