Sostenibilidad y medioambiente
Comerse hasta los cubiertos: la última y novedosa idea en la guerra contra el plástico
La guerra contra los cubiertos de plástico tiene un nuevo aliado: la cubertería comestible. En algunos locales ya es posible comerse el tenedor, la cuchara o el cuchillo. Una opción más sostenible y apetecible. Están hechos de harina de arroz y hay opciones dulces y saladas.
Un tiramisú de postre, por ejemplo, ya no es el último plato... ni tampoco el último bocado. Terminamos de comer cuando ingerimos la cuchara con la que hemos tomado ese dulce. Han leído bien: la cuchara es comestible.
En un restaurante de la Costa Brava al que ha acudido laSexta no se desperdician ni lo cubiertos. "Están hechos de harina de arroz y otras harinas sin gluten", explica Laura Gispert, fundadora de la empresa Voilà, fabricante de cubiertos comestibles. Nos lo muestra comiéndose una tortilla con el tenedor con sabor a galleta y después ingiriendo el mismo cubierto.
Esta iniciativa sostenible empezó como una idea para su Trabajo de Fin de Grado. Al terminar la carrera, desarrolló la startup Voilà. "Empezó todo con una cuchara pero después desarrollamos tenedores, cuchillos...", cuenta Gispert.
La empresaria buscó una solución en el contexto del menaje desechable y que mejor, dice, que comerse el cubierto que se iba a tirar. "Son la mejor solución porque es la única que desaparece tras el consumo", añade su socio y cofundador de Voilà, Ricardo Conde.
Sobre todo en esta época de tanto calor. Por ejemplo, las heladerías tienen que desechar a diario cientos de cucharillas de plástico. De esta forma, se evita malgastar este material contaminante para el medioambiente.
Además, hay cubiertos de todos los sabores, ya sea dulce o salado. "Podemos customizar tanto la forma como el sabor según demanda del cliente", asegura Conde.
Otro punto a favor es que el material con el se fabrican no se deshace. "Es lo suficientemente duro para que no se rompa pero que también esté crujiente", detalla la fundadora. Además los ingredientes están adaptados a todo el mundo, también a los celiacos y los diabéticos. "La gente se sorprende mucho de que puedan utilizar una cucharilla comestible para remover un café sin que se deshaga o como palito para un helado", cuenta como anécdota Ricardo Conde.
La fábrica de Voilà se encuentra a las afueras de Barcelona. Allí elaboran hasta un millón de cubiertos comestibles al día. "Poco a poco las grandes empresas apuestan por hacer el cambio", afirma Gispert. Ellos ya colaboran con muchos restaurantes, aerolíneas y hoteles. En Balearia, por ejemplo, utilizan ya palillos comestibles para remover el café en sus trayectos.
Voilà no es la única startup-up que fabrica cubertería comestible en España. Gloop y Sorbos son otras que se introdujeron en este cambio y apuesta por la sostenibilidad produciendo pajitas caramelizadas comestibles. Un nuevo postre como alternativa al plástico.
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