Denuncian presiones tras el embarazo

La conciliación, inexistente para las mujeres trabajadoras: "Quieren que seamos madres sin que se nos note"

Los abuelos y abuelas son el principal apoyo para las madres porque ni las empresas ni los gobiernos hacen algo para que puedan conciliar. Silvia y Rocío cuentan a laSexta las dificultades a las que se enfrentaron después de quedarse embarazadas.

Los abuelos y abuelas son el principal apoyo para las madres y recurren a ellos siete de cada 10. En España, el cuidado de menores obliga sobre todo a las madres a renunciar a algún aspecto de su profesión: salario, oportunidades de ascenso, cambio de empleo (87%), porque la flexibilidad horaria solo existe en el 19% de los casos.

La conciliación no existe. Cuando Silvia Elvira García, contable, comunicó a su empresa que estaba embarazada, empezaron a presionarla: "Cómo iba a conciliar, de qué forma iba a afectar a la empresa, que cómo en ese momento me había quedado embarazada, que si me cogía la reducción iba a perjudicar a mis compañeras". Comentarios que minaron su momento más dulce porque, añade, "es como si hubiera firmado una ligadura de trompas".

Como Silvia, seis de cada 10 mujeres trabajan en empresas donde no se facilita la conciliación. Laura Baena, fundadora de @malasmadres, explica a laSexta Noticias que "el 87% de las mujeres ha renunciado a algún aspecto laboral, cambiar de trabajo, perder oportunidades o perder salario, para poder conciliar". "Lo hace por un principal motivo: no poder llegar a todo y cuidar de su salud mental", señala Baena.

Rocío Martín es otra de esas mujeres. Trabajaba como directiva en una gran multinacional, a priori, con políticas de conciliación, pero no es real. "Puedes tener una política de baja por maternidad muy buena, pero cuando vuelves tienes que dar el callo", cuenta la actual directora de la Asociación Kuné. Su trabajo le "exigía viajar mucho, muchas reuniones a distintas horas": "Me encontraba haciendo la cena de la niña, conectándome a una reunión las 20 horas, mucha presión...".

Ese día a día la empujó contra una pared, la de la realidad. "La pared de que quieren que seamos madres sin que se nos note. Tienes que ser la madre perfecta, presente, una profesional y es imposible llegar a todo", expresa Martín, que "tuvo que renunciar a su trabajo". "Tener que salir de eso cuando tienes una trayectoria y una proyección es muy duro y es una deconstrucción que hay que pasar ese duelo de dejo esto y, ¿ahora qué? ¿Cómo me deconstruyo?", se pregunta.

Un proceso de soledad, confiesa, que comparten el 85% de las madres, que se sienten "solas, agotadas y sin tiempo". Por eso, piden una corresponsabilidad social que implique a los gobiernos y a las empresas.

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