LA POLICÍA BUSCA MÁS PRUEBAS

La confesión completa del descuartizador de Marta Calvo: "Me desnudé por completo para no dejar huellas"

El descuartizador confeso de Marta Calvo asegura que ambos consumieron hasta seis gramos de cocaína en su casa de Manuel y que a la mañana siguiente, cuando fue a "abrazarla", notó su cuerpo "rígido": "Era imposible sacar el cuerpo sin llamar la atención y busqué herramientas".

La declaración de Jorge Ignacio ante la Guardia Civil confesando que descuartizó a Marta Calvo tras una muerte accidental ha salido a la luz. El presunto asesino asegura que ambos consumieron hasta seis gramos de cocaína, una cantidad muy elevada.

En su confesión, publicada por 'Espejo Público', explica que notó el cuerpo "rígido" de la joven a la mañana siguiente y que pensó en suicidarse. Además asegura que descuartizó el cuerpo en el baño de su casa completamente desnudo para "no dejar huellas". Esta es la declaración completa de Jorge Ignacio:

Conocí a Marta a través de una página web, unas semanas antes del día 7 de noviembre. Quedamos y tuvimos relaciones en su casa, un piso en el centro de Valencia. Después intercambiamos algún Whatsapp y volvimos a quedar. Acordamos ir a mi domicilio de Manuel, en mi coche, un Volkswagen Passat de color azul.

Durante el camino hablamos de gustos musicales. Ella me dijo que llevaba dos días de fiesta. Llegamos sobre als 2 o 3 de la madrugada. Primero estuvimos en la planta baja. Allí consumimos whisky que había traído ella y cocaína. Después subimos al piso de arriba.

En el dormitorio principal mantuvimos sexo durante varias horas. Seguimos bebiendo y consumiendo cocaína, a veces sobre su cuerpo, pero de forma voluntaria. En total unos seis gramos.

Ya estaba amaneciendo cuando la chica dijo que no se sentía bien, que estaba cansada y que quería parar. Se tomó una ducha y después nos acostamos juntos a dormir.

Tras varias horas dormido me desperté, creo que era mediodía o incluso algo más tarde. Traté de despertar a la chica pero cuando fui a abrazarla noté su cuerpo rígido. Le tomé el pulso en el cuello y en el brazo y comprobé que estaba muerta.

Llegué incluso a levantar la persiana para verla mejor. Pensé que lo mejor que podía hacer era deshacerme del cuerpo y después suicidarme.

Me di cuenta de la imposibilidad de sacar el cuerpo de la vivienda sin llamar la atención, así que llegué a la conclusión de que lo mejor era buscar herramientas que me facilitaran la tarea de de deshacerme del cuerpo.

Primero me desprendí de los efectos personales de la chica, el bolso, su teléfono y su ropa, en un contenedor de una gasolinera de la Llosa de Ranes. Después fui a un supermercado de L'Ollería y allí compré dos o tres paquetes de bolsas de basura grandes y guantes de látex. Pagué en efectivo.

A continuación fui a una ferretería y compré herramientas: dos sierras. También pagué en metálico y regresé a Manuel. Me deshice del cuerpo en el baño de mi casa. Me desnudé por completo para no dejar huellas.

A la mañana siguiente me levanté sobre las siete para deshacerme de las bolsas. Las primeras tres las dejé en Alzira, en un contenedor de residuos orgánicos del centro de la ciudad. Después regresé sin pasar en ningún sitio a Manuel para recoger otras tres bolsas.

Volví de nuevo a Alzira, pero a un lugar diferente, en la periferia. Aparqué el Passat en un descampado y busqué a pie otro contenedor similar.

Una vez más regresé a Manuel en busca de las bolsas restantes, pero esta vez conduje hasta Silla, tratando de evitar posibles controles policiales. Finalmente me deshice de las herramientas en un contenedor del municipio de Masanassa.

Una vez en casa fregué la planta superior y la zona del baño. Usé una escoba que estaba en la vivienda y luego tiré todos los utensilios de limpieza, pero no recuerdo dónde. La tarde del día 8 fui a Alfafar para comprar un producto específico para la limpieza de las cañerías.

laSexta / Noticias / Sociedad