Trastorno del espectro autista
"Correr una maratón me cansaba menos que ir a un cumpleaños": el franco relato de Noemí, diagnosticada de TEA a los 35 años
Este dos de abril se conmemora el día Mundial de Concienciación sobre el Autismo. LaSexta ha conocido el testimonio de una mujer diagnosticada de TEA a los 35 años de edad. "Cuando recibes el diagnóstico te das cuenta de que de pronto descansas, ya no tienes que enmascarar ni ser como los demás esperan que seas, sino aceptarte en tu propia diferencia", explica.
"Yo siempre decía que era muy alemana, pero lo que tenía era una rutina muy implantada y no podía ver determinadas cosas porque me ponía nerviosa". Noemí Navarro hace estas declaraciones a laSexta coincidiendo con la efeméride de este domingo, día Mundial de la Concienciación sobre el Autismo.
Hace cinco años le diagnosticaron a su hijo un trastorno del espectro autista, y a medida que iba pasando el tiempo comenzó a identificar en sí misma algunos de los rasgos propios de éste. Uno de ellos el agotamiento físico ante las interacciones sociales. "Yo he corrido una maratón y no me ha cansado tanto como ir a un cumpleaños, literal", explica a laSexta. Tras someterse a distintas pruebas llegó su diagnóstico en plena edad adulta, a los 35 años: "Me dijeron que estaba dentro del espectro autista".
Ruth Vidriales, directora técnica de Autismo España, explica a laSexta que la mayor parte de población identificada en España tiene menos de 30 años, por lo que "las personas adultas no están identificadas, no están en las estadísticas". Se estima que unas 470.000 personas deberían estar identificadas con TEA, pero la realidad es que solo unas 87.000. "No hay representación de las personas adultas y si no estás en las estadísticas, no estás en las políticas públicas y en los servicios", recuerda Vidriales, como puede observarse en el vídeo superior.
"Le habían lavado el cerebro"
De California a Manresa para rescatar a su hermana de una secta: "El cura me agarró y me tiró al suelo"
El contexto Adriana di Gerónimo se enteró de que su hermana estaba recluida en una congregación católica que había recibido denuncias por abusos sexuales. Al recibir la noticia, no dudó en dirigirse a Manresa para ayudarla.