EN LOS HOSPITALES DE TORREVIEJA Y VINALOPÓ

Crean un protocolo para permitir visitas de mascotas a los pacientes ingresados en el hospital

Ribera Salud y el Colegio de Veterinarios de Alicante (Icoval) han creado un protocolo para regular las condiciones de acceso a los hospitales del grupo de las mascotas de los pacientes ingresados, el primero de este tipo en la Comunitat Valenciana y uno de los primeros en todo el país.

Según ha informado la empresa en un comunicado, este nuevo protocolo, elaborado como respuesta a petición de los propios pacientes y que lleva algún tiempo probándose, se aplica a los Hospitales Universitarios de Torrevieja y Vinalopó (Elche). Sólo tiene un antecedente en España: el programa Dogspital en el Hospital de Ibiza.

Ha habido experiencias similares como el programa 'Can de la mano' en el Hospital La Fe de Valencia, que también se desarrolla con pacientes ingresados de Oncología Pediátrica y Pediatría, pero el impulsado por Ribera Salud e Icoval es el único en España que permite los encuentros entre pacientes ingresados con patologías severas o pacientes de larga estancia y sus propias mascotas. En EEUU, en algunos centros de Florida o California, este tipo de acciones están ya muy consolidadas y regladas.

Las investigaciones más recientes demuestran que la presencia de animales de compañía se asocia a sensaciones de tranquilidad y relajación, así como la reducción del ritmo cardíaco o de la presión sanguínea. El hecho de tener animales de compañía también se asocia a un aumento de la interacción.

El director adjunto a Gerencia en los Hospitales de Torrevieja y Vinalopó, Jose David Zafrilla, ha manifestado su satisfacción por la puesta en marcha de este protocolo, que se incluye dentro del Plan de Humanización del grupo Ribera Salud en sus hospitales y que "tiene el objetivo de responder ante las necesidades de los pacientes, que encuentran en la compañía de sus mascotas una forma de alivio, reducción de la ansiedad y mejora de su estado anímico, todo ello con las máximas garantías de seguridad".

Como explica el presidente de Icoval, Gonzalo Moreno del Val y reproduce, de hecho, el citado protocolo, la iniciativa aspira a "que las visitas de los perros o gatos que convivían con el enfermo ahora ingresado, o incluso crónico, sirvan para mejorar su estado de ánimo, aumenten su estimulación a los tratamientos, mejore su rehabilitación o, en casos extremos, humanice el proceso de muerte, permitiendo al paciente despedirse de la totalidad de sus seres queridos".

Cada solicitud es estudiada por el médico que está a cargo del paciente. Este facultativo es el que determinará la conveniencia del permiso atendiendo a criterios médicos (tras descartar una posible zoonosis, que no hay riesgo de empeoramiento o de reacción alérgica) y juzgará igualmente si es posible desplazar al paciente a la 'zona de encuentro', un espacio especialmente habilitado en sendos centros y que escapa del área sanitaria.

Una vez obtenido el visto bueno del médico se informará al paciente de la documentación que deberá aportar y es aquí donde el veterinario cobra todo el protagonismo, ya que será el encargado de garantizar que el pasaporte sanitario acredite que el animal fue correctamente vacunado, desparasitado e identificado.

Junto a ello, emitirá un segundo certificado que indique la ausencia de episodios de fiebre, vómitos o diarrea, estornudos o tos de posible origen infeccioso. Además, el animal deberá estar vacunado -o haber dado negativo en la prueba de laboratorio- frente a la Leptospirosis (en el caso de los perros) y haber sido desparasitado, interna y externamente, con efecto vigente el día de la visita. Este certificado se deberá emitir con fecha no superior a los 3 días previos en los que se programe la visita.

Para garantizar el acceso a estas visitas a todos los pacientes, Icoval se ha comprometido a asumir los gastos de la certificación veterinaria que generen los pacientes que acrediten con un informe de Servicios Sociales no tener recursos.

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