DEFIENDE QUE HAYA RESPUESTAS
El Defensor del Pueblo manda un mensaje a los políticos tras las movilizaciones de mujeres y pensionistas: "Aquí están pasando cosas"
ElDefensor del Pueblo en funciones, Francisco Fernández Marugán, avisa de que las movilizaciones protagonizadas en los últimos meses por mujeres o pensionistas tendrán consecuencias políticas e insta a los políticos a escuchar, dejar de lado prejuicios e intereses y pactar.
"Aquí están pasando cosas. Que nadie crea que esto no tiene consecuencias. Sería bueno que alguien tratara de hablar y dialogar para pactar con quienes lideran de una manera o de otra este tipo de movimientos", sostiene en una entrevista concedida a Europa Press.
Fernéndez Marugán apuesta por "recuperar los viejos modos que se ejercieron en otro tiempo", en alusión a la Transición, y apunta que "cuando uno busca el entendimiento tiene que admitir que tiene que dejar algunas de sus firmezas relativas, prejuicios e intereses para dar entrada a las posiciones de otros". Para el Defensor, las decisiones inamovibles dejan de serlo cuando se originan grandes movilizaciones en la sociedad española.
Como ejemplo, pone la huelga feminista del pasado 8 de marzo, que precedió a las de las pensionistas. "En este momento las movilizaciones son muy importantes. Las pancartas, los eslóganes también lo son", asevera.
Estas protestas de las últimas semanas son para Fernéndez Marugán un ejemplo más de que la ciudadanía quiere participar del reparto de la recuperación económica y ha augurado protestas masivas en los próximos meses.
"Hace ocho o nueve años, la gente lo aguantaba casi todo y se colocaba debajo del tablero tratando de sostenerlo. ¿Y Ahora qué hace? Dice: "No, no, ¿Dice usted que hemos salido? Pues me pongo encima del tablero y digo que se me escuche, que mis problemas tienen interés y que quiero participar en el montón nuevo que se acaba de crear", explica el Defensor.
A su juicio, la recuperación ha llegado a unos ciudadanos, pero no a otros y el discurso del Gobierno ha cambiado porque ahora tiene "un poquito que repartir" y, en este nuevo contexto, los españoles le avisan con las movilizaciones de que quieren participar en ese reparto, como, según ha recordado, ocurrió en los años ochenta. "Cuando se salió del atolladero, alguien dijo "yo quiero el reparto" y se organizó una buena", apostilla.
A su entender, el problema es cómo el Gobierno administra ese margen para no volver a la situación anterior y señala que para eso hace falta "escuchar a unos y a otros", además de "negociar y dialogar". "Eso se llama pactar, pero para eso hay que adoptar una actitud distinta de la que se adopta en este momento", advierte.