"¡Deja de regar, zorra, qué me jodes los Picasso!": las amenazas con las que el conde de Atarés tenía atemorizado al vecindario

Fernando González de Castejón, autor del crimen machista de la calle Serrano de Madrid - donde asesinó a su mujer y a una amiga de esta y después se quitó la vida - también tenía atemorizado al vecindario. El Español ha accedido a varias de las amenazas que el aristócrata profería. Una de ellas, a su vecina del tercero: "¡Deja de regar, zorra, que me jodes los Picasso!". Y no era algo meramente puntual.

Uno de ellos cuenta que se llegó a pelear con un vecino: "Un vecino no podía aparcar, llega este señor, le quita el sitio y encima se lía a puñetazos con él". El conde de Atarés y marqués de Perijaa, que de puertas para fuera parecía encantador, en su casa y en su entorno se despachaba a gusto. Prueba de ello son los mensajes enviados por el asesino a través de la aplicación de mensajería instantánea. "Estas más tieso que el palo de un churrero. ¿Os vais del chat? Pues iros, que me lo paso por el arco del triunfo", recoge el citado diario. Así reaccionaba cuando algún aristócrata abandonaba el grupo de Whatsapp que tenían entre ellos.

Utilizaba otro términos ante cualquiera que le llevara la contraria: "Sois unos maricones, idiotas, lameculos y más tontos que mis cojones". Estos arranques de ira que al parecer, eran tan solo la punta del iceberg. El marqués es el presunto autor del doble crimen que cometió a primera hora del lunes en su comedor. Allí habría terminado de un tiro en la cabeza con la vida de su mujer, Gemma Jiménez, y de un amiga de esta, Julia Cuevas. Después, se habría suicidado.

No tenía licencia de armas, pero sí todo un arsenal perfectamente expuesto en el salón. Estas armas fueron sacadas de la vivienda por la Policía Nacional. En la misma estancia, además, iconografía fascista. El carnicero del barrio confiesa que a veces le daba por vestirse, disfrazarse, con un traje militar. Su mujer ya le había puesto una denuncia en 2018 por violencia de género, pero no llegó a ratificarla. Las que sí que lo hicieron fueron su madre y su propia hermana: en 2009 el Marqués de Perijá y Conde de Atares las agredió a ambas durante una cena familiar.