El menor ya se encuentra mejor

Detienen en Málaga a una mujer con síndrome de Münchhausen que sobremedicaba a su hijo de forma "desproporcionada"

La mujer, de 38 años, llegó a sumar 73 consultas pediátricas en 2020 y 57 en 2021. Reclamó ansiolíticos para el niño, así como una sonda por supuestos episodios continuados de vómitos y hasta una silla de ruedas "porque se caía todo el tiempo".

Una mujer de 38 años que supuestamente padece un síndrome de Münchhausen ha sido detenida por la Policía Nacional en Málaga por exagerar los síntomas o inventar problemas de salud de su hijo, a quien administraba medicamentos "de manera desproporcionada". El Servicio de Protección del Menor de la Junta de Andalucía ha declarado el desamparo del pequeño, que se encuentra ahora con una familia de acogida y "ha mejorado sustancialmente" al estar alejado de su madre, según ha informado este lunes la Policía.

La "obsesión" de la arrestada, de nacionalidad española, por sobreproteger al niño era tal que lo llevaba frecuentemente al pediatra, la mayoría de ocasiones innecesariamente, hasta el punto de que solo en el 2020 se contabilizaron 73 asistencias médicas, y otras 57 en el 2021. Asimismo, llegó a requerir la implantación de una sonda gástrica para su pequeño, alegando cuadros repetidos de vómitos que no existían, pues el pequeño ganaba peso y talla.

La investigación se inició a partir de un oficio del Juzgado de Instrucción de Málaga que instaba a realizar una investigación a partir de la denuncia de un hombre contra su expareja sentimental por medicar de manera desproporcionada al hijo de ambos y exagerar los síntomas del pequeño.

El síndrome de Münchhausen por poderes es una modalidad poco frecuente de maltrato infantil, en la que el cuidador provoca efectos lesivos al niño, relacionados con una asistencia médica innecesaria, y el cuidador refiere una serie de síntomas, en muchas ocasiones extraños, que no encajan con ninguna enfermedad y que no coinciden con los resultados de los análisis médicos.

En este caso, según los informes recabados de varias administraciones -centro educativo, servicios sociales y hospital-, la arrestada mentía supuestamente a la hora de hablar sobre los síntomas de su hijo, y llegó a demandar un aumento de las dosis de ansiolíticos por la creciente agresividad del pequeño, que en realidad era inexistente.

De hecho, los distintos profesionales que atienden al pequeño coinciden en que, se trata de un niño pacífico con su grupo de iguales y no se observan rabietas, ni tampoco conductas autolesivas. La madre alegaba que las náuseas del pequeño se acentuaban cuando el niño pasaba unos días con el padre, y planteó que se le implantase una sonda por episodios continuados de vómitos.

Según la Policía, la investigada "ejercía tal manipulación sobre los profesionales sanitarios que muchas de sus demandas eran cumplidas". Tras ser declarado el desamparo del pequeño por parte del Servicio de Protección al Menor de la Junta de Andalucía, el pequeño evoluciona favorablemente, y ha pasado de ser alimentado con purés a comer sólidos por sí solo o trepar un tobogán, cuando "la madre insistía en que necesitaba una silla de ruedas porque se caía todo el tiempo".

Los investigadores sostienen que la obsesión de la madre por exagerar el trastorno del niño y sobreprotegerlo podría ir dirigida a obtener ayudas asociales y justificar ante terceros de que su hijo necesita más dedicación por su parte.

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