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MUCHOS LLEGAN CON SIGNOS DE MALTRATO

Las devoluciones de inmigrantes desbordan a las ONG de Rabat

Desde hace dos semanas, las ONG de Rabat han tenido que cerrar porque no pueden atender a más inmigrantes. Ellas son las que han acogido a las personas devueltas a Marruecos desde la valla de Melilla, y denuncian que sus centros se han tenido que reconvertir en hospitales: muchos de los inmigrantes llegan con signos evidentes de maltrato.

Se llama Barry, es de Guinea y uno de los últimos subsaharianos en llegar a Rabat después de intentar saltar la valla de Melilla. Participó en el salto del día que vimos cómo soldados marroquíes entraban en suelo español. Asegura que le bajaron de la valla a base de palos y pedradas. Dice que los esposaron y después, junto a otras decenas de subsaharianos, les metieron en un autobús.

Y en Rabat les abandonaron. Barry nos enseña la que es ahora su casa, un piso al que llaman 'guetto', donde comparte comida y habitaciones con casi 40 inmigrantes. Rabat es para ellos una prisión, donde no tienen trabajo ni dinero.

Como él hay cientos en toda la ciudad, ONG como Cáritas o Gadem están desbordadas y han tenido que cerrar. Sus centros se estaban convirtiendo en hospitales, porque así llegan muchos de los inmigrantes, con la cara destrozada, pisoteada, según denuncian, por agentes marroquíes.

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