"La gente sube con miedo", aseguran los vecinos

El desfiladero de la Hermida, una de las carreteras más bellas y peligrosas del mundo, espera desde hace más de 20 años una inversión de 60 millones

Por el desfiladero de la Hermida, en Cantabria, circulan cada día 2.500 vehículos. En el año 96 se prometió una inversión de 60 millones para ampliar el trazado e incluir arcenes. Nunca se acometió. Ahora sobre la mesa hay 12 millones, pero las obras no avanzan.

El desfiladero de la Hermida es uno de los paisajes más espectaculares de nuestra geografía. La vía que lo atraviesa, en cambio es un auténtico quebradero de cabeza para los vecinos de la zona.

"Digamos que es tan peligrosa como preciosa", "caen piedras continuamente": lo dicen aquellos vecinos que obligatoriamente deben atravesar la vía para ir a trabajar, al hospital o a su centro escolar. 2.500 vehículos diarios, 10.000 en época estival.

Está considerada como una de las diez carreteras más bellas del mundo, una belleza que se traduce en infierno, para aquellos vecinos que deben atravesarla a diario.

Además el desprendimiento de las rocas, la anchura de la vía y las curvas son otro peligro añadido.

El Ministerio de Fomento prometió más de siete millones de euros para proyectos de mejoras, trabajos de rectificación de curvas, mejora de trazado y ensanche de los cuatro puentes sobre el río Deva, que para los vecinos ni son suficientes ni se han cumplido en su totalidad.

"Mira, promesas incumplidas, aquí está", comenta Luz María Alles, portavoz de 'Vecinos por Liébana', señalando el letrero informativo de las obras en carretera.

Según el Ministerio de Fomento, este año pondrá en marcha nuevas medidas de mejora.

"Reivindicamos y reclamamos que se busquen soluciones para que realmente este proyecto se lleve a cabo y no sea una vez más una desilusión", añade Francisco Javier Gómez, alcalde de Potes.

Dicen sentirse "los olvidados de Cantabria".

"Yo creo que la voluntad es de asfixiarnos. Sí, sí, la voluntad es de asfixiarnos al entorno rural", asegura Javier Gómez, vecino de Liébana.

Entre tanto, los vecinos continuarán atravesando esta vía en la que la suerte juega un papel principal.

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