En España se derribaron 95 en 2023

Eliminar presas o azudes, una medida que mejora la biodiversidad y frena el aumento de temperatura del agua

Los conservacionistas medioambientales defienden la eliminación de las barreras que bloquean el curso de los ríos con el objetivo de dejar que los ríos corran libres, ya que mejora la biodiversidad y frenan el aumento de la temperatura del agua evitando que se evapore.

Crece el movimiento de demoler presas o azudes en Europa. Los conservacionistas medioambientales defienden la eliminación de las barreras que bloquean el curso de los ríos con el objetivo de dejar que los ríos corran libres, ya que mejora la biodiversidad y frenan el aumento de la temperatura del agua evitando que se evapore. En 2023 se retiraron casi medio millar y la mayoría de estas medían menos de dos metros y estaban abandonadas. "Simplemente eran un obstáculo que estaban produciendo un daño medioambiental sin reportar ningún beneficio económico", manifiesta Santiago Martín Barajas, de Ecologistas en Acción.

Comunidades autónomas y confederaciones hidrográficas se han puesto manos a la obra. Solo en 2023 se derribaron 95 presas en España, el país de Europa con mayor número de embalses. Todo un récord, pese al bulo que decía que se estaban destruyendo embalses en plena sequía.

"La demolición de barreras fluviales nada tiene que ver con el almacenamiento de agua. Se están demoliendo barreras que lo que están haciendo es perjudicar el almacenamiento de agua", aclara Julio Barea, de Greenpeace.

El derribo de la antigua presa de la Alberca, en Madrid, ha permitido crear la mayor charca europea de anfibios. En sentido opuesto, la construcción de una presa en Córdoba, fue letal para una especie que en España vivía solo en el Guadalquivir. "Dejaron de poder subir los esturiones a desovar y esa especie se extinguió en nuestro país", informa Martín Barajas.

Es por eso que renaturalizar los ríos no solo beneficia a su biodiversidad, también a la calidad del agua. "No estamos cuidando nuestros ríos dejando este tipo de barreras. Necesitamos esos ríos porque son los que nos aportan agua", manifiesta Barea.

Las presas abandonadas suponen también un riesgo para la seguridad, ya que, si no tienen un mantenimiento, "están poniendo en serio riesgo las personas".

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