Desaparecieron el domingo
Los equipos de rescate de Cantabria no localizan a los dos espeleólogos en la ruta marcada
Los desaparecidos son un chico y una chica de Castilla y León que se apuntaron a realizar una actividad promovida por una empresa privada que proporcionaba el material de acceso para realizar la travesía de manera autónoma.
Continúa este lunes la búsqueda de dos espeleólogos en la cueva de la Garmaciega-Sima del Sombrero, en Soba (Cantabria), después de que durante la noche los dos equipos de rescate del Gobierno de Cantabria que se adentraron en la cavidad por la entrada y la salida hayan recorrido la ruta marcada y no hayan localizado a los afectados.
Se han preparado dos equipos de la Unidad Militar de Emergencias (UME), uno en misión de búsqueda y otro en misión de comunicaciones, que entrarán a la cueva para inspeccionar zonas que se salgan de la travesía clásica, por si, por error, se hubieran adentrado por un ramal no señalizado, según informa el Gobierno de Cantabria en un comunicado.
Además, efectivos del Grupo de Rescate e Intervención en Montaña de la Guardia Civil van a entrar en la Sima del Sombrero para llevar a cabo labores de localización en dos ramales más de la cavidad. Los espeléologos son una pareja de Castilla y León: Paloma, de 38 años; y Alfonso, de 40. Ambos se apuntaron a realizar una actividad con una empresa que proporcionaba el material de acceso para realizar la travesía de manera autónoma, una expedición que comenzó el sábado a mediodía y de la que no tenía conocimiento el servicio de emergencias 112.
El puesto de mando avanzado se encuentra situado en el polideportivo de La Gándara.
Al parecer, Alfonso tenía experiencia. De hecho, el año pasado hizo esta misma ruta. "La información que me llega es que era bastante experto", explica Javier Allende, coordinador de emergencias.
La pareja tenía previsto realizar la travesía principal. Martín González, presidente de la Fundación Espeolosocorro Cántabro ESOCAN, habló con ellos minutos antes de entrar. "Parecían en buna forma física y decididos en lo que iban a hacer", reconoce.
El plan era entrar a las 12:00 de la mañana del sábado, hacer noche allí, y salir a las 06:00 horas de la mañana del domingo. A la empresa le comunicaron el itinerario prevista, algo que también hicieron con un amigo que fue el encargado de dar la voz de alarma.