SE DESPERDICIA UN TERCIO DE LA PRODUCCIÓN MUNDIAL DE ALIMENTOS AL AÑO

España es el séptimo país de la Unión Europea que más comida tira a la basura

En cada hogar español, se tiran 76 kilos de comida al año. España es el séptimo país más derrochador de la Unión Europea. Dónde más se deperdicia es en los hogares, un 42%. El Gobierno está estudiando medidas para poner freno a este despilfarro, como las que ya han aprobado Bélgica o Francia.

Se tira tanta comida a la basura que desperdiciamos al año un tercio de la producción mundial de alimentos. Son 1.300 millones de toneladas de comida que van a la basura cada año y cuando más se tira es en Navidad.

"No hay casa, salvo la de los pobres, en la que no haya muchos más alimentos, casi un 40% más, de lo que necesitan para ese día", ha explicado Juan Raúl Sanz, el Director de la Federación Española del Banco de Alimentos

En España el 42% del desperdicio total de alimentos se produce en los hogares. Cada familia española tira 76 kilos al año, unos 250 euros. Por eso, en Alemania empezaron a poner frigoríficos públicos para que los alimentos sobrantes lleguen a quien los necesita.

En el País Vasco han copiado la idea este mismo año para tratar de evitar datos alarmantes. De estos datos se desprende que, cuanto más rico es un país, más comida desperdicia.

Los países industrializados tiran casi la mitad de la comida que compran, 670 millones de toneladas anuales. Sólo el desperdicio de los países más ricos daría para comer a todo África.

"La mayoría de los países ricos tiene entre tres y cuatro veces más comida de la que necesita su población", asegura Tristam Stuart, autor de "El escándalo mundial de la comida".

El problema también afecta a cómo se reparte esa comida, su distribución. Quizá por ese motivo en Bélgica y Francia se han endurecido las leyes en 2015.

"Bélgica puso una condición en las licencias de apertura y es que toda aquella superficie comercial que tuviera más de 400 metros cuadrados no se permitiera tirar un solo alimento en las fechas que estuvieran cercanas a la caducidad", comenta Juan Raúl Sanz.

La abundancia deja una triste reflexión: la mayoría de la comida que acaba en la basura, sólo llega ahí, por su aspecto. Si no tiene buena pinta, la despreciamos, aunque sí pueda comerse.

laSexta/ Sociedad/ laSexta