COMPARECE LA MADRE Y LA HERMANA DE LA DESAPARECIDA

La familia de Sonia Iglesias pide que se busque su cuerpo con un georradar

Un juzgado de violencia de género ha retomado el caso de Sonia Iglesias, desaparecida hace tres años en Pontevedra. La familia de la joven pide que se busque con un georradar el cuerpo en el lugar en el que se encontró su cartera, en el monte Castrove, donde también las antenas móviles detectaron una llamada del único imputado, su expareja, dos horas después de su desaparición.

La juez titular del Juzgado de Instrucción Número 3 de Pontevedra, especializado en violencia de género, ha retomado la toma de declaraciones de testigos en el marco de la investigación sobre la desaparición de Sonia Iglesias con las comparecencias de la madre y la hermana de Sonia, Carmen Eirín y Maricarmen Iglesias.

"Hemos ratificado la declaración de la Comisaría", dijo Maricarmen al salir de la sede judicial. "Fueron más o menos las mismas preguntas que ya nos habían hecho", ha apostillado.   Junto al fiscal jefe, Juan Carlos Aladro, que este lunes asistió a la toma de las declaraciones, se hizo una reconstrucción teórica del día de la desaparición de esta joven pontevedresa.

La hermana de la pontevedresa Sonia Iglesias, Maricarmen Iglesias, ha recordado que cuanto "más nerviosa" se ponía la familia tras la desaparición la pareja de ésta, el único imputado hasta el momento, estaba "más tranquilo".

"A medida que pasaba el tiempo, nosotros nos poníamos más nerviosos y, sin embargo, su pareja, más tranquilo", ha afirmado en referencia a Julio Araújo, compañero sentimental de Sonia Iglesias y único imputado en este proceso. "Eso nos hizo pensar que algo raro pasaba", ha abundado.

En esta reconstrucción la hermana de Sonia explicó que aquel 18 de agosto de 2010 llegó "a la 13.25 horas a la tienda, ella tenía que entrar a la una y media. No llegó y su compañera la llamó al móvil. En ese momento ya saltó el contestador. Llamamos a su casa y salió su pareja", relató.

"Yo me tuve que ir porque estaba con mi sobrino y mi hija. Fui a casa de mis padres, que es donde íbamos a comer", continuó Maricarmen. "A las dos llamamos a ver si había entrado y nada. Luego llamamos a su pareja para que viniese a buscar a mi madre e ir a los hospitales. Él llegó a las tres y media", ha relatado.

Éste fue, según Maricarmen, el testimonio que  recordó ante la jueza especializada en violencia de género. Al igual que hizo su madre, quien se limitó a señalar ante la prensa que se sentía "impotente".

A la salida del juzgado ambas compartieron ante los periodistas su preocupación por Alejandro, el hijo de Sonia y Julio Araújo. "No está siendo atendido como debería", dijo su tía Maricarmen Iglesias, que reiteró la voluntad de su familia de pedir la custodia del menor porque, no creen "que la mejor persona para cuidarle sea el imputado".

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