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Carta a la Defensora

El grito de dignidad de unos ancianos de Lugo por la comida de su residencia: "Ayúdenos a que sea, huela y sepa a comida"

¿Por qué es importante? Algunos de los denunciantes se pueden valer por sí mismos y relatan a laSexta que con el poco dinero que les queda salen al supermercado para comprar comida, porque hay días en los que no pueden comer nada de lo que les traen.

El grito de dignidad de unos ancianos de Lugo por la comida de su residencia: "Ayúdenos a que sea, huela y sepa a comida"laSexta

La reclamación es sencilla y fácilmente entendible: comida digna. Es la carta de petición de amparo que un grupo de ancianos ha enviado a la Defensora del Pueblo gallega, María Dolores Fernández Galiño. Se quejan desde hace tiempo del mal estado de la comida del catering que reciben en la vivienda comunitaria de A Pontenova, en Lugo, contratado por el Consorcio de Igualdad y Bienestar.

"Comida sin sabor, sin textura y sin olor, que provoca la mayor parte de las veces problemas digestivos a los residentes", denuncian en su misiva a la Defensora. No es algo reciente ni aislado, explican, ya que aseguran que llevan mucho tiempo soportando la "degradación" del servicio. Las protestas hasta ahora han sido verbales, sin dejar constancia de nada, y según detallan, la respuesta ha sido siempre la misma, que lo servido pasa todos los controles sanitarios y de calidad alimentaria.

laSexta ha tenido acceso a imágenes de los alimentos que se les ofrecen, de difícil identificación. "No necesitamos un menú de cinco tenedores, necesitamos comida que huela a comida, que sepa a comida, que se vea lo que contiene (…) porque no se sabe, todos los sabores son iguales, a los mismos polvos", denuncian.

Los ancianos son conscientes de la dificultad a la que se enfrentan. "Hay muchas personas mayores que, por la edad y la enfermedad", explican "no se quejan, han perdido el olfato y el gusto, les falla la cabeza, se olvidan de las cosas", reconocen. "Pero eso no impide que en el momento de ingerir una cucharada puedan decir su les gusta o no, y no les gusta", inciden.

Algunos de los denunciantes se pueden valer por sí mismos y relatan que con el poco dinero que les queda salen al supermercado para comprar comida, porque hay días en los que no pueden comer nada de lo que les traen. Su peculiar forma de protesta y vía de escape es organizar churrascadas en las propias viviendas comunitarias.

"Ahora tenemos la certeza, no solo de que hay más gente que se queja, sino de que no estanos solos", explican señalando los casos del parque de ocio 'Galipark' con el servicio de la misma empresa de catering, o las denuncias a esa misma empresa en el municipio coruñés de Ortigueira.

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